Campos agrícolas de Estados Unidos, meca de la explotación laboral

Por: Julio Ríos*

08 de septiembre 2016.- Los campos agrícolas de Estados Unidos se han convertido en un infierno para miles de trabajadores mexicanos, quienes viven en condiciones equiparables a la esclavitud. California, Carolina del Norte y Washington son algunos estados de la Unión Americana en los que los campesinos son explotados, tienen bajos salarios, trabajan jornadas de hasta quince horas y sobreviven prácticamente de forma clandestina.

“La agricultura en Estados Unidos siempre ha sido una meca de abusos. Desde robo salarial, malas condiciones de vivienda, acoso sexual –no solamente hacia mujeres–, horas extraordinarias de trabajo, fatalidades en los ranchos, donde nadie se da cuenta de lo que sufren porque son invisibles. No tienen un lugar donde comer, no tienen luz. Y lo peor es el miedo. Trabajan 15 o 16 horas y no pueden decir nada. Estas personas están atrapadas sin salida, y no hay quien los ayude”, así lo explicó Indira Trejo, fundadora de United Farm Workers y promotora de la iniciativa “Repórtalo”, durante la conferencia inaugural del Primer Foro de Trata de Personas con fines de Explotación Laboral en Estados Unidos y México, que tuvo lugar en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH).

Entre los casos más dramáticos que ha detectado Trejo está la muerte de un veterinario mexicano, ahogado en un tanque de estiércol de una lechería. El cuerpo permaneció allí siete horas.

“Nunca olvidaré la llamada telefónica en que me lo reportaron. Nadie se merece esto”, dijo. Trejo apuntó que la explotación ocurre principalmente en ranchos donde se siembran uvas, fresas, cítricos y en las lecherías, donde se trabaja los 365 días del año.

Campos agrícolas en Estados Unidos. Foto: Periodistas a pie

Campos agrícolas en Estados Unidos. Foto: Periodistas a pie

Indicó que, por ello, 32 organizaciones de la sociedad civil integraron la iniciativa “Repórtalo”, para denunciar casos de explotación en los campos agrícolas y luchar por un trabajo justo, digno y salubre.

“Nuestro objetivo es prevenir, combatir y hacer conciencia de que este es un problema que puede pasar frente a nosotros, con nuestros familiares que inmigran a trabajar. Por eso impulsamos esta iniciativa binacional, a fin de concientizar, combatir y prevenir los abusos. Aquí en México ya contamos con 32 organizaciones que trabajan de forma coordinada con nosotros”, resaltó Trejo.

La campaña también incluye hacer conscientes a los consumidores de las condiciones en que la fruta o verdura se produce, para que se entienda que existe un grave problema humanitario detrás de cada alimento que llega a las mesas.

La doctora María Antonia Chávez Gutierrez, académica del Departamento de Desarrollo Social del CUCSH, recordó que el foro incluyó la participación de académicos de la UNAM, el Centro Indígena Loyola, el Consejo Ciudadano, AC, el Instituto de Democracia y Derechos Humanos de la Pontifica Universidad Católica del Perú, entre otros, que participaron en mesas de trabajo a lo largo del día. Además, las charlas se transmitieron por internet.

Campos agricolas en Estados Unidos. Foto: Especial

Campos agricolas en Estados Unidos. Foto: Especial

El objetivo del foro fue reflexionar sobre estos problemas que se concentran en las industrias agrícola y ganadera. Señaló que los riesgos de trabajo son uno de los principales problemas al tratar a los mexicanos como empleados de segunda.

“No tienen acceso a la salud, ni horarios fijos y viven en las mismas granjas, y eso facilita el trabajo forzado, con impactos emocionales, y adicciones para escapar de esa realidad. Las personas explotadas no denuncian, y por eso no hay cifras de esta vulnerabilidad”, indicó.

Ricardo Fletes Corona, jefe del Departamento de Desarrollo Social y miembro del ObservaLAtrata, explicó que la Universidad es un espacio abierto para la discusión de todos los temas, incluyendo estos asuntos espinosos, a fin de aportar conocimiento y soluciones.

“Este tema es bastante doloroso. La PGR recientemente informó que hay 27 mil 900 desaparecidos en el país. Es el dato oficial, pero quién sabe cuántos más habrá. Hay poblaciones que no tienen ese número de habitantes. Y las cifras sobre trabajo forzado, explotación, esclavismo moderno, son cuantitativamente mayores, pero no se denuncia. Por eso debemos visibilizarlo”, reflexionó Fletes.

*Nota publicada originalmente en la Coordinación General de Comunicación Social de la Universidad de Guadalajara