Hallazgos de cuerpos, la figura de lo cotidiano en Guadalajara

“La muerte despoja al hombre de su alma. En vida un hombre y su cuerpo son sinónimos; en la muerte, una cosa es el hombre y otra su cuerpo”.
Paul Auster

Por: Abi Valeria, Valeria Aguirre (@Valeriamolusco), Gilberto Guerra (@TojGi), Aralim Figueroa (@aralimfr) y José de Jesús Franco

La violencia no sólo ha incrementado en los últimos meses en el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG) sino también sus manifestaciones.

El propósito de esta investigación es mostrar tanto las distintas formas en las que personas sin vida son localizadas en las calles, baldíos, brechas de los municipios que conforman esta área geográfica como los modus operandi que se han empleado para acabar con sus vidas.

Dividida en cuatro secciones, esta investigación recuperó toda la información sobre la localización de cuerpos sin vida en el AMG del 1 de enero de 2016 al 25 de octubre de 2017, esto para ofrecer al lector: 1) una línea de tiempo que explica "cuándo ocurrieron estos hechos";  2) Un mapa de las localizaciones y las rutas de la muerte para saber "dónde ocurrieron"; 3) Un perfil general para saber "quiénes eran estas víctimas", y 4) La ritualización de la violencia para "saber cómo es que les arrebataron la vida".

No se trata, entonces, de un espacio para el morbo sino de un reconocimiento e investigación de la violencia que nos acecha y con la cual miles de jaliscienses tienen que convivir porque ésta se ejerce en sus colonias dejándolas marcadas cuando en sus calles se localiza un cuerpo sin vida.

De acuerdo con la solicitud de transparencia, IJCF/UT/725/2017, realizada al Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) en el Área Metropolitana de Guadalajara se han registrado 2 mil 739 diligencias para el levantamiento de cuerpos o restos óseos entre enero de 2016 y el 25 de octubre de 2017, esto significa que en dicha temporalidad -en promedio- se localizaron tres cuerpos sin vida por día; sin embargo, muy pocos de estos hallazgos son reportados por la prensa, ya que en una revisión hemerográfica sólo existió registro de 186 cuerpos.

Municipios como Guadalajara, Zapopan, San Pedro Tlaquepaque, Tonalá, Tlajomulco de Zúñiga y El Salto, todos pertenecientes al AMG, fueron los escenarios más recurrentes en los hallazgos, los cuales -conforme al IJCF- sólo representan el 6 por ciento de todas las diligencias en las que participaron entre 2016 y 2017.

Dichos cuerpos fueron localizados de muy variadas formas: tirados en la calle; colgados de un puente; dentro de un auto; envueltos en bolsas e, incluso, desmembrados. Todos estos incidentes se distribuyeron en 93 colonias dentro de los seis municipios ya mencionados.

Las colonias que presentaron más incidencias fueron: Atlas (Guadalajara), La Piedrera, y El Órgano (Tlaquepaque); Los Cajetes, Mesa Colorada y Santa Ana Tepetitlán (Zapopan). Cada espacio y cada día dentro de estas colonias fueron la punta del iceberg, pues detrás de todo esto hay un motivo que las autoridades no han sabido explicar y una violencia que continúa creciendo.

Este mapa muestra los lugares exactos en dónde fueron localizados los 186 cuerpos registrados por la prensa jalisciense entre el 1 de enero de 2016 y el 25 de octubre de 2017.

El ícono y el color corresponden a la forma en que fueron localizados estos cuerpos.

Usa este mapa para saber si en tu colonia o cerca de ella ocurrió algún hallazgo:

1. En qué momento pasó

En menos de dos años la violencia ha acabado con la vida de miles de personas en Jalisco. Conforme la solicitud de transparencia,  IJCF/060/2017/DD, realizada al Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses; en 2016, el promedio de cuerpos localizados por mes fue de 122, siendo mayo el mes que más violencia presentó, ya que se registraron 143 cuerpos localizados; le siguieron diciembre con 132; junio y noviembre con 125 para obtener un total mil 465 cuerpos localizados en ese año.

En 2017, la violencia continuó creciendo al registrar - hasta el 30 de septiembre- mil 134 cuerpos, lo cual da un promedio 126 cadáveres por mes, 4 más que en 2016; en este año, el mes más violento ha sido agosto con 138 cuerpos localizados, seguido de febrero con 130 y los meses marzo y julio con 128. Esto quiere decir que durante este año, la violencia ha incrementado, pues de acuerdo a las estadísticas al final de año habrán sido por lo menos 48 cuerpos más que en 2016.

En el registro periodístico recabado para esta investigación, se observa una relación estrecha con la información obtenida del IJCF. En 2016, a diferencia de 2017, el registro cuenta con menos datos, pero donde más se concentra son en el bimestre de mayo-junio y en diciembre; mientras que en 2017 hay un alto índice de actividad delictiva que abarca desde mayo hasta septiembre y tiene una concentración en agosto, afirmando una alta presencia de la violencia en el AMG.

En la siguiente línea de tiempo están registrados los 186 hallazgos ubicados temporal y cronológicamente; además, se tiene una breve descripción de lo sucedido e incluso hay notas relacionadas con algún hecho delictivo que puede ser causa de la incidencia en ciertas fechas.

2. Sobre-vivir

Jalisco sigue siendo punto rojo de violencia. Día con día los crímenes toman presencia en el estado y a pesar de eso las autoridades no logran manejar el problema.

En el AMG, la violencia adopta múltiples formas: viaja entre los caminos, los callejones y, por supuesto, entre los hogares. Existen colonias que se han convertido en zonas austeras de seguridad, la violencia se registra a diario en sus calles, parques y hogares, alterando la vida de los vecinos y afectando las rutinas de la colonia.

Las personas que habitan en dichas colonias se ven afectadas por la paranoia, o peor aún, de la normalización de la violencia, viven en la espera de un día tranquilo. Esperan poder llegar a sus hogares y no pensar en la posibilidad de que aparezca un cadáver a unos metros de sus casas. Las rutas de la muerte nos muestran cómo la violencia viaja a lo largo del AMG, los vecinos de estas colonias nos contaron su experiencia sobre-vivir en las colonias afectadas.

En la colonia El Centinela en Zapopan, los modus operandi son distintos, y a pesar de que la gente tenga el bosque a unos cuantos metros de sus hogares, los vecinos lo ven como arma de doble filo, pues es ahí donde suceden los acontecimientos.

Eva, quien ha vivido ahí durante 17 años asegura que entre más tiempo pasa, la colonia se vuelve más violenta. El bosque es la caja de los secretos donde los cuerpos son aventados y pasa el tiempo para que puedan ser registrados como “uno más”. Una amiga de Eva fue asesinada por su marido, y fue él quien decidió dejarla en el bosque cubierta con bolsas de plástico y cobijas.

En la colonia Echeverría en Guadalajara, los cadáveres son tirados en la calle después de haber recibido heridas por arma de fuego. Esta situación no sólo se limita a este tipo de acontecimientos, sino que, se diversifica y multiplica.

Una vecina de la colonia aseguraba tener una estrecha relación con una joven que vivía en la casa de en frente; ambas compartieron su infancia en aquel lugar, pero la joven comenzó a distanciarse, pues se relacionó con el crimen organizado. La vecina aseguraba que conforme pasaba el tiempo menos confianza sentía hacía la que alguna vez había sido su amiga. Fue hasta hace poco tiempo que se enteraron de que la casa donde vivía la joven había sido violentada; la casa fue quemada con personas adentro.

Los siguientes mapas muestran el registro de  cómo la violencia acontece a nuestro alrededor, y muchas veces, nos vemos cegados ante ésta. En ambos mapas podrán observarse las rutas de la muerte conforme al modus operandis pero también a través de la percepción de quienes viven cerca de ellas.

3. Rutas de la muerte

Estas cuatro rutas muestran cuatro modus operandi que se han presentado en el Área Metropolitana de Guadalajara. A través de 22 colonias se evidencia cómo la violencia vive entre nosotros:

4. Los de más abajo

Los cadáveres localizados en los municipios del Área Metropolitana de Guadalajara no son sólo cadáveres, fueron personas identificables por su edad, género, complexión y señas particulares. Esta investigación, debido a la falta de precisión informativa tras los hallazgos, sólo logró construir un perfil parcial de los cuerpos localizados.

Con la base de datos generada se lograron identificar características elementales de los cuerpos hallados en los municipios del AMG, los cuales agrupamos de la siguiente manera: Guadalajara-Zapopan, Tonalá-Tlaquepaque y Tlajomulco-El Salto; esto con el fin de poder ser más concisos en la creación de un perfil.

En la sección “Guadalajara-Zapopan”, han sido localizados 70 cuerpos de los cuales 43 fueron hombres (61.4%); 7 mujeres (10%) y a 20 cuerpos no les fue posible identificar su género (28.6%).

En “Tonalá-Tlaquepaque” se localizaron 56 cuerpos; 41 fueron hombres (73.2%); 4 mujeres (7.1%) y 11 no fueron identificados por género (19.7%).

En “Tlajomulco-El Salto” también fueron localizados 56 cadáveres: 28 eran hombres (50%); 6 mujeres (10.7%) son mujeres y 22 no fueron identificados por su género (39.3%).

En Tlajomulco y El Salto, hombres de 25 a 29 años fueron los que con más frecuencia aparecieron sin vida; no obstante, la edad promedio fue de 31 años. Lo mismo pasó en Tonalá y Tlaquepaque donde hubo una mayor incidencia de cuerpos pertenecientes al género masculino y cuya edad promedio también fue de 31 años. Mientras en Guadalajara y Zapopan, los hombres con las edades más frecuentes oscilaron entre los 20 y 25 años, obteniendo una edad promedio de 29 años.

En la totalidad de los registros, el porcentaje que engloba al género masculino es significativo, pues representa el 61.3% de todo los hallazgos en el AMG, mientras que el género femenino representa el 9.7%; el 29% restante no pudieron ser identificados al momento de hacer el registro periodístico.

Este problema no sólo afecta a las estadísticas de edades, sino al resto de las características de los cuerpos, pues en la mayoría de los registros no hay datos respecto a la complexión, a la tez ni al resto de señas particulares de cada uno de los cuerpos. La información más concisa sobre los cuerpos localizados es su forma de hallazgo, característica que será explicada en el siguiente apartado.

5. La ritualización de la violencia

Las distintas manifestaciones de la violencia muestran que dentro del AMG suceden más acontecimientos de los que podríamos pensar; lo cual prueba que donde vivimos estamos rodeados de rituales violentos que percibimos a simple vista.

Tal y como ya se mencionó en el apartado anterior, existieron características que identificaban a los occisos en vida; sin embargo, también existen características que hoy, lamentablemente, los identifican en muerte.

Los hallazgos que se han realizado a lo largo de 2016 y parte de 2017 son la evidencia de que la violencia está  viviendo entre nosotros y los rituales van más allá de una simple muerte, así lo precisa la solicitud de transparencia IJCF/UT/725/2017 cuya información señala que de los 2 mil 739 levantamientos de cuerpos, el 20.9% murieron a causa de un arma de fuego; lo cual coincide con el registro periodístico donde también se muestra que la principal  causa de muerte en los cuerpos localizados en el uso de algún arma de fuego, representando el 15.3% del total de ritualizaciones.

En el gráfico siguiente se muestran las cinco ritualizaciones más reiterativas en la localización de cuerpos en el AMG, esto conforme al registro hemerográfico y a los datos proporcionados por la unidad de transparencia del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses.

6. La violencia continúa

Bajo este contexto de violencia en el AMG los hallazgos de cuerpos continúan. Casos como los  ocurridos del pasado 29 de noviembre de 2017 -en el cual fueron encontradas dos cabezas humanas en una hielera en la colonia Moderna afuera de una televisora- hacen sentir más latente la violencia que se ha suscitado en Jalisco; sin embargo, estas maneras de disponer de las vidas humanas y de los cuerpos de ellas no parece fortuita ni parte de un caso aislado.

Los mensajes amenazantes que acompañan a los cuerpos al momento de su hallazgo, los modus operandi y la relación temporal con sucesos relacionados a la captura de líderes del crimen organizado, hacen clara la existencia de una violencia premeditada por parte de quienes la ejercen.

Como parte de la investigación buscamos a Eduardo Mota Fonseca, Director General del Servicio Médico Forense con el afán de conocer su perspectiva al respecto de los hallazgos de cuerpos en el AM; sin embargo, no fue posible concretar una entrevista debido a su carga de trabajo.

El Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses es el responsable (según el reglamento interior del propio instituto) de procedimientos importantes dentro de las investigaciones que se realizan a los cuerpos que han sido encontrados dentro del estado de Jalisco; entre sus responsabilidades están: 1) establecer los mecanismos, procedimientos de registro y control de atención a las peticiones de servicios periciales formuladas por los agentes del Ministerio público; 2) elaborar informes y estadísticas correspondientes a los hallazgos; y 3) supervisar la operación de los estudios necrológicos que se realicen en la institución para dichos fines.

Es decir, el IJCF es responsable de realizar los estudios necrológicos que sean necesarios para una investigación, sin embargo, estos sólo son realizados de acuerdo a lo que solicite el Ministerio Público, y es ahí donde existen fallas y negligencias.

A pesar de la latente ola de violencia en Jalisco, el tema se ha invisibilizado debido a la estigmatización de las víctimas a quienes se les relaciona con el crimen organizado, pero también porque hemos naturalizado la violencia a tal punto que podemos ver como "normal" que un joven de 17 años muera asesinado a sangre fría, como pasó con el afamado "Pirata de Culiacán", en un bar en el AMG.

La violencia está aquí: sus rutas, modus operandis y temporalidades pueden verse reflejadas en este trabajo que dio cuenta de los hallazgos de cuerpos sin vida en el AMG durante los últimos dos años.