Jalisco presentó a buenos actores para montar “la lucha por mi Zapotillo”.

Por Miguel Ángel Casillas / Desde Temacapulín...

20 de marzo de 2017.- El agua sirve para escenario de muchas relaciones entre los seres humanos. En ocasiones, la escenografía contiene elementos comunes en distintos lugares: la lucha y la defensa del agua son estribillos periodísticos contundentes que, cuando están en las banderas, las manos que las empuñan son los pivotes visibles de otros múltiples intereses que acuerdan esas acciones en un discurso para la prensa.

En el caso de la Cuenca Lerma-Chapala-Santiago, la defensa y la lucha por el agua son banderas que históricamente funcionan como utilería entre Guanajuato y Jalisco. Sobre ese escenario, los grupos políticos y los capitales tejen sus libretos para mantener la forma en la gestión del agua: la incorporación desmedida de agua en un sistema que favorece la oferta, pero que nunca propone limitación a la demanda. Esto es otra cosa: hay que darles agua a todos pero se cobra.

La discusión de la gestión del agua no la entienden los actores de la política partidista pero bien que la evaden y por tanto la ocultan con toda su problemática. Un caso reciente sirve para ilustrar ese aprovechamiento del agua para irrigar la vida partidista: Enrique Alfaro Ramírez, alcalde de Guadalajara, está moviendo un discurso múltiple y eso, de entrada, ya lo descalabró.

Se le notará el resto sin pelo, pero la descalabrada es evidente: su discurso es múltiple. La mañana del jueves 16 de marzo de 2017 apareció el alcalde de Guadalajara con una definición a nombre de los alcaldes de la Zona Metropolitana de Guadalajara, para impedir el acueducto a León que trasvasará, con todas las de la ley, el agua del Río Verde para la Zona Metropolitana León-Silao-San Francisco del Rincón y abastecer lo que se les debe a los empresarios ya instalados ahí bajo la palabra empeñada de que ahí hay agua.

Espéreme tantito, les dijeron, pero estos son otros actores que de momento estarán en camerinos pero no por mucho tiempo. Ya saldrán. Son explosivos los muchachos.

El sábado 18 de marzo de 2017, dos días después de la definición inicial en Guadalajara, Enrique Alfaro masajeó verbalmente otro mensaje inspirado por colorear naranja al Palacio de Gobierno para el próximo sexenio, vino para apoyarse en el decálogo de otro grupo menospreciado por Aristóteles Sandoval pero nombrado por Aristóteles Sandoval.

De ahí la importancia del grupo: la Diócesis de San Juan de los Lagos, grandes y grandísimos empresarios alteños, la Universidad de Guadalajara, el ITESO, la UNIVA, entre otros.

Son buenos actores los muchachos pero todos tienen ganas: unos de agua, otros de la Rectoría General, otros más por alguna coordinación en el Congreso o una Secretaría con el descalabrado Alfaro.

Alfaro en San Juan de los Lagos. Foto: Marte Merlos / Gobierno de Guadalajara

Una sillita y a media plaza, muchas fotos para Facebook y todos los invitados. Temaca estaba invitado por Movimiento Ciudadano desde el martes 14 de marzo de 2017: el sábado 18 de marzo iremos a San Juan para conocer lo que Enrique Alfaro piensa sobre El Zapotillo.

¿A qué va Temaca a San Juan si Alfaro definió su postura escenográfica para hacer política el jueves 16 de marzo?. Pero el sábado, con el reclamo al que convocó, su respuesta fue que todo se puede arreglar para estar contentos. Tan contentos que Palmarejo se salva. Esta será otra historia para escribirla desde Temacapulín.