A sangre y fuego quieren imponer la reforma educativa, advierte López y Rivas

Por: César Octavio Huerta (@zorrotapatio)

27 de junio 2016.- La represión a los maestros en Oaxaca, que ha dejado 11 personas muertas y más de 100 heridos, es una muestra de que la reforma educativa “se ha querido imponer a sangre y fuego” para controlar al magisterio mexicano, considera, el antropólogo mexicano Gilberto López y Rivas.

Él ha sido uno de los académicos mexicanos que en los noventa desempeñó un papel central en la mediación entre el Gobierno Federal y el Ejército Zapatista de la Liberación Nacional (EZLN), además del conflicto con el Ejército Popular Revolucionario (EPR).

“La mal llamada reforma educativa es un intento de privatización de la enseñanza, es un intento de romper la digna posición de los maestros y maestras que en este país han resistido, han salido a las calles y están en movilización en diversos puntos de la república”.

Gilberto López y Rivas. Foto: Pueblos sin fronteras

Gilberto López y Rivas. Foto: Pueblos sin fronteras

Gilberto López y Rivas ahora forma parte de la Comisión Nacional de Mediación integrada por ocho defensores de derechos humanos, abogados y académicos especializados, para llegar a una solución entre la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) y el gobierno de Peña Nieto.

Considera que los maestros son blanco de una campaña mediática dirigida por el gobierno mexicano.

“La CNTE sufre una campaña absoluta de difamación y descrédito por parte de un gobierno que paradójicamente sufre el peor de las deslegitimaciones a partir de una permanente violación a los derechos humanos de los ciudadanos de este país”.

“Los subversivos son el hambre, la desnutrición, la manera en cómo están tratando a los mexicanos. El responsable es el Estado mexicano, como en Ayotzinapa y otros crímenes, el Estado es responsable, no son los profesores, ellos defienden el derecho del pueblo a una educación libre, laica y no privatizada”.

La guerra en Oaxaca. Foto: José Carlos Dávila

La guerra en Oaxaca. Foto: José Carlos Dávila

En entrevista con Reverso, tras participar el lunes pasado en el Encuentro de Educadores Populares organizado por el Consejo de Educación de América Latina y el Caribe (Ceaal), el autor de "Autonomías: democracia o contrainsurgencia y Nación y Pueblos Indios en el Neoliberalismo", comparte una serie de reflexiones sobre el asedio a los maestros de la CNTE y el derramamiento de sangre en Nochixtlán, Oaxaca.

¿Cuál es el mensaje de la represión de Oaxaca?

"Es la opción a la que el gobierno está apostándole, la opción de la violencia y el crimen de Estado. Las voces a favor del diálogo se han dejado expresar a lo largo de la semana, el conjunto de intelectuales de muchos países que firmaron una carta que fue encabezada por Pablo González Casanova, era muy clara, pidiendo que el gobierno no siguiera por el camino de la represión. Diálogo sí, represión no.

Y esto no valió nada para el gobierno de Peña Nieto, siguen empecinados en doblegar al magisterio. Ellos se dan cuenta de que en lugar de que el magisterio pierda fuerza, gana apoyo popular y es lo que pasó en Nochixtlán, son los pueblos los que están resistiendo junto con los maestros, ellos se han dado cuenta de que detrás de cada maestro hay un pueblo y creo que quieren evitar a toda costa que se dé esta unidad indisoluble entre magisterio y pueblos, que es lo que faltó en 2006.

Ahora es Oaxaca pero está durísima la situación en Chiapas, en Michoacán puede explotar en cualquier momento y en Guerrero las cosas están igual. Es el conjunto del magisterio nacional. En la propia Ciudad de México se han estado dando encapsulamientos, detenciones ilegales de más de 40 autobuses por las fuerzas federales, se están violando todas las garantías individuales, hay un virtual estado de sitio, es muy peligroso el giro que está tomando el Gobierno Federal.

El último adiós a dos de las personas asesinadas por la Policía Federal en Nochixtlán, Oaxaca. Foto: Noticieros El Reloj

El último adiós a dos de las personas asesinadas por la Policía Federal en Nochixtlán, Oaxaca. Foto: Noticieros El Reloj

¿Por qué los ataques han sido en Oaxaca, Chiapas, Michoacán, contra ese México profundo que sigue resistiendo las imposiciones de los poderosos?

El magisterio oaxaqueño en particular, la sección 22, tiene un componente indígena innegable, que se manifiesta en organizaciones en el seno de la propia sección sindical, como la coalición de maestros bilingües que existe desde hace más de 30 años. Evidentemente, en los lugares donde más fuerza tiene el magisterio es en los lugares donde el magisterio es pueblo indígena.

El caso Ayotzinapa es muy particular. La mayoría de los jóvenes que asesinaron provenían de los pueblos indígenas de la región y la minería juega un papel muy importante en la represión, detrás de ese crimen también están los intereses mineros.

Los medios de comunicación y sus ataques a los maestros, ¿Cómo entenderlos?

Nosotros le llamamos la dictadura mediática, con sicarios mediáticos que son los que al amparo de Televisa o de TV Azteca, pontifican sobre los delincuentes maestros. Son esa intelectualidad que hace mucho manifestó su madera mercenaria, es adicta al poder y a todo lo que le da el poder, esa intelectualidad que da pena ajena y son eternos atacantes del magisterio.

La propia figura patética del sargento Aurelio Nuño te habla de ese tipo de jóvenes. A mí me daría vergüenza estar en el papel de Nuño y él está orgulloso de ocupar la silla de Vasconcelos. Vasconcelos volvería a morir si se enterara lo que hizo el sargento Nuño.

Gilberto López y Rivas junto al obispo Raúl Vera en la rueda de prensa sobre represión en Oaxaca. Foto: César Octavio Huerta

Gilberto López y Rivas junto al obispo Raúl Vera en la rueda de prensa sobre represión en Oaxaca. Foto: César Octavio Huerta

¿Por qué los jóvenes son las víctimas, a quienes ataca el Estado en Ayotzinapa, en Oaxaca?

La juventud siempre han encabezado los cambios y las transformaciones. El poder está consciente que tiene que aniquilar a una generación entera para poder imponer su proyecto. De los 160 mil muertos, un 80 por ciento son jóvenes. Una manera de matarlos es inducirlos a las drogas, que sean muleros, halcones, hitmans, matones.

La otra vía es el hedonismo de lo que yo llamo la generación selfie, el narcisismo apabullante que se deja sentir en este tipo de jóvenes del sistema. Bien vestidos, a la moda, de marca, bien educados, son como la élite que dice como ese poeta ruso: "solamente yo vivo, miradme". Y ya no requieren de nadie hasta para tomarse una foto.

Por eso yo le llamo la generación selfie, la expresión misma de esa juventud con la que cuenta el capitalismo. La juventud tiburona, que se siente bella, inteligente, reclama derechos y odia todo aquello que no sean ellos mismos. Son los juniors de la clase política, los que van a los antros de super lujo, los que cuentan con papi y mami, los porkys, eso son los jóvenes de la generación selfie.

¿Qué hacer ante este panorama?

Organizarse, no nos queda de otra, si no nos organizamos nos morimos. Esta es la ley de la bicicleta, el que no se organiza, se cae.