El acarreo en los mitines del PRI, marca registrada de la UdeG

Por: Redacción (@reversomx)

X es profesor de asignatura en una de las preparatorias de la Universidad de Guadalajara. El viernes 3 de marzo dejó de impartir su materia porque personal de la dirección le pidió que dejara salir a sus alumnos para llevarlos a una “manifestación”.

La clase apenas comenzaba, cuando un empleado que se identificó como adscrito a la Oficialía Mayor del plantel tocó a la puerta del salón.

—¿Maestro me permite hablar con usted?

—Sí, dígame

—Tengo que llevarme a sus alumnos a una manifestación, los camiones esperan allá afuera.

Y así sin más, el funcionario sacó a los estudiantes. Al maestro no le dio ningún tipo de  explicaciones. Éste sólo alcanzó a decirle a los menores que decidieran por sí solos si querían ir, que nadie podía obligarles.

Eran aproximadamente las 15:00 horas y dos camiones foráneos sin rótulos, ni distintivos de la Universidad de Guadalajara esperaban afuera  para llevarse a los jóvenes.

El nombre del docente y el plantel donde ocurrió eso se mantienen en anonimato por petición del mismo. La escena se repitió en otras preparatorias de la Zona Metropolitana de Guadalajara e incluso también en escuelas regionales.

Leobardo Alcalá Padilla con estudiantes de la UdeG afuera de la sede del PRI. Foto: Especial

El profesor X ya no supo que fue de ellos hasta el sábado por la mañana cuando se enteró que acarrearon a los estudiantes para que hicieran bola en la sede del Comité Estatal del PRI, donde se encontraba el ex director de los Hospitales Civiles de Guadalajara,  Leobardo Alcalá Padilla, quien aspira a convertirse en el presidente de ese partido.

Quien organizó el acarreo logró su cometido, pues en una de las fotografías que circula en redes sociales se aprecia al aspirante de espaldas dando lectura a su mensaje, y de fondo a una multitud de personas que simulan estar ahí para apoyarlo.

El hecho pasó desapercibido para la mayoría de los medios de comunicación locales, sin embargo el ex representante del PRI ante el Instituto Electoral del Estado (IEPC), José Luis Monterde Ramírez, no desaprovechó la situación, e hizo circular en sus redes sociales un vídeo en el que una joven admite haber ido a las instalaciones del PRI por petición de su maestro.

El clip de aproximadamente 30 segundos crispó al titular del Sistema Universitario de Radio, Televisión y Cinematografía de la Universidad de Guadalajara, Gabriel Torres Espinoza, pues presuntamente quien tomó la declaración a la estudiante se hizo pasar por reportero de Radio Universidad de Guadalajara.

“José Luis Monterde Ramírez difunde videos de una supuesta entrevista de un sujeto que se ostenta como periodista de Radio U de G, sin serlo. Su propósito es el denuesto y la calumnia. Lo hace porque defiende un candidato del PRI y pretende denostar a su adversario usurpando un medio de comunicación y generalizando contra toda una institución. Lamentable su actitud”, escribió el funcionario en la red social de Facebook.

Monterde Ramírez y Torres Espinoza se montaron en una serie de alegatos en Twitter, ambos se propinaron una serie de descalificaciones y se acusaron de trabajar para intereses facciosos: uno para el PRI y el otro para el cacique de la Universidad de Guadalajara, Raúl Padilla López.

“Gabriel no puedes defender lo indefendible, sabes perfectamente cómo funciona el sistema universitario”, le espetó el militante priísta.

También se treparon a la contienda el director de Radio Universidad de Guadalajara, Ricardo Salazar, y el jefe de la Unidad de Canal 44, Víctor Manuel Chávez Ogazón; ambos negaron que se tratara de un reportero de esa casa de estudios el que difundió el vídeo.

Lo que no desmintieron, es el acarreo de los estudiantes mencionado por el priísta, y aunque Torres Espinosa asegura que uno de los reporteros de Canal 44 estuvo en el sitio, en la información que se dio a conocer no se presenta el testimonio de los alumnos.

Los acarreos hacia el interior de la Universidad de Guadalajara  ya son marca registrada, dice otro docente de esa casa de estudios, quien también omite su nombre.  Señala que la cúpula universitaria “mimetizó las viejas prácticas del PRI”, y para cualquier ocurrencia utilizan a estudiantes, académicos, sindicalizados, personal administrativo y de confianza.

Algunas veces la instrucción es de forma verbal y otras por escrito. El chiste es llevar gente para que haga bola.

Así ocurrió en la última campaña a la presidencia municipal de Guadalajara —que perdió el hoy rector del Centro Universitario de Tonalá Ricardo Villanueva— y en la más reciente manifestación del 12 de febrero que encabezó el rector, Tonatiuh Bravo Padilla, para exigirle al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, respeto a los ciudadanos mexicanos que viven en ese país.  La cúpula universitaria movilizó a multitudes.

Manifestación de estudiantes de la UdeG a favor de Ricardo Villanueva. Foto: César Octavio Huerta

Lo que aún no se ha aclarado, dice uno de los docentes entrevistados, es quién organizó el acarreo. Expone que si fue la Universidad de Guadalajara, los camiones en que transportaron a los estudiantes tenían que portar distintivo y los maestros tuvieron que ser avisados con antelación y por escrito.

Resalta que si los responsables del acarreo están en la militancia del PRI o gente externa “entonces tienen un problema de seguridad muy grave porque habría personas que se mueven impunemente dentro de las instalaciones, aun cuando existen guardias de seguridad privada en todos los accesos”.

Lo más grave de todo, añade, es que sacaron a jóvenes menores de edad sin previo aviso.

“Cuando menos deberían preguntarle a sus padres si están de acuerdo en que sus hijos vayan a hacer bola”.

El sábado 4 de marzo, varios rotativos publicaron un desplegado con la firma de Leobardo Alcalá Padilla, quien además de formar parte del círculo cercano del líder moral de la Universidad de Guadalajara, Raúl Padilla López, ha hecho su carrera política en las filas del PRI, donde ha sido regidor y diputado.

En ese comunicado, Alcalá solicitó que la renovación de la dirigencia del PRI —encabezada actualmente por José Socorro Velázquez—se haga por medio de una elección abierta a toda la militancia.

Ese día se llevó a cabo la V Sesión Extraordinaria del Consejo Político Estatal en la sede del PRI, y se determinó que la renovación de la dirigencia se hará mediante el voto de los consejeros políticos nacionales, estatales y municipales, y no como demandaba Alcalá Padilla.

Fuentes cercanas al partido mencionan que la insistencia del ex titular de los Hospitales Civiles de Guadalajara por encabezar la dirigencia del tricolor obedece a que el Grupo Universidad da por hecho que la elección está amarrada a favor del actual secretario del Trabajo de Jalisco, Héctor Pizano.

Además mencionan que la dirigencia del tricolor es clave para los intereses de los universitarios con miras a la elección del 2018, pues desde esa posición podrían quedarse con el control del Congreso del Estado a través del nombramiento de diputados afines.

Mitin de Leobardo Alcalá Padilla a las afueras de la sede del PRI en Jalisco. Foto: Especial

Acarreo, un método institucionalizado en la UdeG

El académico de la Universidad de Guadalajara, Román Munguía Huato, miembro del Colectivo Reflexión Universitaria (CRU) puntualiza que los métodos de acarreo están institucionalizados en la casa de estudios desde principios de la década de los 70, y que incluso a la plantilla de profesores solían descontarles de su nómina para hacer aportaciones al PRI.

Dice que eso sucedía porque funcionaba como una institución de Estado con todo lo que eso implica.

“El acarreo actual que no ha desaparecido de ninguna manera es una consecuencia o es una tradición corporativa que se viene dando desde hace décadas hacia los profesores, pero principalmente hacia los estudiantes. Yo pensaría que eso terminó hace tiempo, pero eso no es cierto, porque el control político interno presupone que el clientelismo y corporativismo hace uso permanente de estas prácticas”, resalta.

Munguía Huato refiere que esa práctica se utiliza no sólo para hacer bola en marchas y manifestaciones, también para llenar auditorios y como mano de obra gratuita en las empresas de Padilla López como la Feria Internacional del Libro y el Festival Internacional de Cine de Guadalajara.

Pero a la vez, dice, refleja que el Grupo Universidad “no tiene llenadera” en sus ambiciones de poder.

“Ya tienen el control del PRD, tienen influencias en el PRI, quieren tener mayor espacio de poder, y ese acarreo les sirve para negociar algunas cuotas o posiciones de poder a través de la candidatura del cacique, pero tienen influencias en el PAN, en Movimiento Ciudadano, alianzas muy reprobables”, añade.