Islam, la religión que crece en Guadalajara impulsada por los jóvenes

Por: Martha Eva Loera*

El número de musulmanes crece en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), sobre todo entre jóvenes de entre 16 y hasta 35 años, quienes deciden abrazar el islam por su discurso teológico y científico, por responder a sus dudas y por su desencanto del catolicismo.

Así lo evidencian conversos que son egresados y estudiantes de la Universidad de Guadalajara (UdeG).

La conversión de Benjamín Bonilla, de 25 años, egresado de la licenciatura en Medicina del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), fue resultado de una búsqueda espiritual que lo llevó del catolicismo al budismo, y después al islam, religión que adoptó por comprender mejor su concepto de Dios.

“En cuanto al pecado, en el islam no basta con decir una oración para borrarlo. Las malas acciones son registradas, pero para equilibrar la balanza hay que obrar bien, lo que se me hace más lógico”, dijo.

Práctica del Islam en Guadalajara. Foto: Alfonso Martínez/UdeG

Diego Armando Lomelí, quien tiene 20 años, es musulmán desde hace uno y cursa la carrera de Ingeniería Eléctrica en el Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI), se convirtió islam porque considera que tiene respuestas a sus dudas sobre lo que habría de creer. Estas fueron desencadenadas por el contacto con practicantes de otras religiones como el judaísmo y, finalmente, con musulmanes.

Rafael Barajas, estudiante de la licenciatura en Derecho, fue convencido por aquellos pasajes del Corán que hacen referencia a la creación del universo y guardan concordancia con las teorías del Bing Bang o la expansión del universo.

El crecimiento del islam es fomentado por musulmanes que tienen entre sus estrategias la difusión de información sobre esta religión por medio de blogs y redes sociales, además de folletos y libros, como los del doctor Abdul Rahman AlShesha quien promueve los derechos de la mujer a la educación, a una vida sexual saludable dentro del matrimonio, a la dote que debe darle el marido cuando se casan, además del rechazo a la violencia, a la contaminación y al maltrato a los animales.

Jóvenes universitarios abrazan el Islam en Guadalajara. Foto: David Valdovinos/UdeG

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el año 2000 había más de cien musulmanes en Jalisco y 248 en 2010, siendo el tercer estado con mayor número; en primer lugar estaba la Ciudad de México (mil 178) y en segundo, el Estado de México (417).

Actualmente hay dos centros de culto: uno se ubica por la calle Hospital y otro en la colonia La Calma. En la primera, alrededor de 150 personas dieron su testimonio de fe o shahada en los últimos tres años. De éstos, Cien eran jóvenes entre los 16 y 35 años, detalló Rafael Barajas, quien cumple las funciones de Imam al dirigir la oración y administrar el centro de culto en la Calle Hospital, y agrega que a la mezquita asisten estudiantes de diferentes universidades, entre éstas la UdeG.

Uno de los factores que ha incidido en el acercamiento de muchos jóvenes al islam, paradójicamente, son los estereotipos y prejuicios difundidos por películas y noticias de medios de comunicación que relacionan al islam con actos terroristas.

Práctica del Islam en Guadalajara. Foto: Alfonso Martínez/UdeG

Esto ha propiciado que muchos jóvenes se cuestionen qué tan cierta es la realidad que pintan e investigan, expresó la doctora Arely Medina, integrante de la Red de Investigación sobre el Islam en México.

Lo cual no quiere decir que no prevalezcan ciertos prejuicios externados a través de bromas y burlas, como lo atestigua Mateo Bonilla, de 24 años, quien es ingeniero civil por la Universidad de Guadalajara y musulmán desde hace siete años:

“Las conozco todas. Cuando era estudiante y cargaba mochila había personas que me preguntaban si era una bomba, también que si tenía cuatro esposas o si tenía novia y le pegaba, o si era machista, pero es parte de la cultura mexicana el hacer burla de todo, hasta de la desgracia propia, por lo tanto no lo considero una falta de respeto”.

*Nota publicada originalmente en la Coordinación General de Comunicación Social de la Universidad de Guadalajara