Por: César Huerta/Polemón
Lunes 18 de noviembre de 2024.- En un estudio interno divulgado en los estrados del Partido Acción Nacional (PAN), se plantea reducir paulatinamente el padrón de beneficiarios de los programas sociales.
El documento advierte que estos esquemas representan supuestamente una carga insostenible para las finanzas públicas, calificándolos de “barril sin fondo”.
La propuesta, presentada como una medida para evitar un supuesto colapso financiero, sugiere revisar las reglas de operación y auditar los apoyos, bajo el argumento de que muchas personas podrían acceder a ellos “sin necesidad real”.
Sin embargo, esta postura ignora la realidad de millones de mexicanos que dependen de estos programas para sobrevivir en un país con profundas desigualdades.
La visión limitada del PAN sobre la pobreza
El análisis del PAN destaca que los programas sociales deben ser temporales y funcionar como un puente hacia la inserción laboral. Según el partido, no pueden convertirse en “una forma de vida”. Pero esta visión simplista reduce la pobreza a una cuestión de voluntad individual, sin considerar las barreras estructurales que perpetúan la desigualdad: empleos mal pagados, falta de acceso a educación de calidad, y un mercado laboral incapaz de absorber a quienes carecen de oportunidades reales.
Además, la propuesta ignora los datos que muestran que los programas sociales no solo mitigan la pobreza extrema, sino que también contribuyen a dinamizar la economía local, al aumentar el poder adquisitivo de las comunidades marginadas.
El documento blanquiazul afirma que los apoyos directos son insostenibles y deben ser auditados “de manera imparcial”. Sin embargo, omite que en muchas ocasiones, estos programas han sido blanco de recortes o rediseños que terminan desvirtuando su propósito, dejando desprotegidos a los sectores más vulnerables.
Aquí el documento completo 👇
El costo de recortar derechos
Los programas sociales no son dádivas, sino derechos adquiridos en una sociedad que aspira a la justicia social. Plantear recortes bajo el pretexto de la sostenibilidad financiera es perpetuar una narrativa que culpabiliza a los pobres por ser pobres, sin atender las raíces del problema.
La crítica más fuerte contra esta postura radica en su falta de alternativas reales. En lugar de proponer esquemas que fortalezcan los programas sociales con mejores mecanismos de transparencia y evaluación, el PAN sugiere su disminución, dejando de lado el impacto humano de estas decisiones.
El futuro de los programas sociales en México no puede reducirse a una discusión presupuestal. En un país donde más del 40% de la población vive en pobreza, eliminar o reducir apoyos sería un golpe devastador para millones. Así, la discusión debería centrarse en cómo mejorar su operación, no en desmantelarlos.
Si la verdadera intención del PAN es combatir el rezago social, el reto no está en recortar derechos, sino en ampliar oportunidades.