Por: Julián Atilano (@JulianAtilano)
06 de septiembre 2016.- La reunión entre Enrique Peña Nieto y Donald Trump fue desastrosa, incluso para la secretaria de Relaciones Exteriores y el secretario de Gobernación como se ha mencionado en distintos medios. Al parecer quien convenció al Presidente para reunirse con el candidato estadounidense fue Luis Videgaray, secretario de Hacienda.
Se ha dicho que el escenario que Videgaray le presentó a Peña Nieto fue el siguiente: una reunión con un candidato que tiene posibilidades reales de gobernar Estados Unidos y que ha comentado la posibilidad de disolver el TLC. Pensar en la economía nacional y en los riesgos que generaría dicha disolución justifica el encuentro con Donald Trump; independientemente de los costos políticos que seguramente le presentaron los titulares de algunas secretarías de Estado al Presidente.
Probablemente el secretario de Hacienda fue más gráfico y presentó otras imágenes, por ejemplo: a) La economía mexicana paralizada y un inestable precio del barril del petróleo. b) Los efectos económicos de la disolución o modificación del TLC en el país, en el segundo semestre de 2017 y principios de 2018. c) En ese año el proceso electoral en México, el tema es la economía y el país está en crisis. Finalmente, d) Pierde el PRI la Presidencia de la República, la mayoría en el Congreso y distintas entidades; el partido está en su peor crisis desde 2000.
Pareciera que el cálculo político es acertado si se omite la política exterior y la relación diplomática con el actual gobierno estadounidense, el agravio que significa para la población mexicana la invitación a alguien que representa un peligro para la comunidad latina en Estados Unidos y que ha humillado con sus discursos racistas y xenófobos.
En ese sentido la propuesta de Videgaray fue torpe, apresurada y electorera, sobre todo atendiendo únicamente a las repercusiones que su carrera política tendría en el futuro, es decir, en un escenario económico adverso el secretario de Hacienda estaría bajo escrutinio. Sin desatender la presión de los grupos económicos que han apoyado a este gobierno y ven un riesgo para su capital. No obstante, si dicha reunión hubiera tenido un beneficio para el gobierno o el PRI, no hubiera existido oposición al interior del gabinete y mucho menos se hubiera filtrado la imposición de Videgaray.
Esto es preocupante porque muestra la incapacidad de Peña Nieto para conocer las implicaciones políticas, históricas y sociales que pueden tener sus decisiones. Aunque esta incapacidad va más allá de la deficiencia para realizar de forma correcta una tesis, o para recordar tres libros que lo hayan marcado, tampoco son excluyentes. Al frente del país tenemos un presidente inseguro que escucha únicamente a sus leales: esas focas que sí aplauden.
Pareciera que Videgaray le ha puesto una cerca a Peña Nieto, más grande que la que quiere hacer Trump. Sin embargo, ¿cómo penalizar al secretario de Hacienda si es éste quien toma las decisiones, si es uno de sus hombres de mayor confianza? De ese tamaño es la visibilidad del Presidente, su vida cotidiana es un montaje igual que su reciente informe de gobierno.
El sexenio de Peña Nieto va en picada, se ha convertido en una caricatura que difícilmente incrementará su 23 % de aprobación. Pero no sólo eso, para el porcentaje de personas que aprueban su mandato también fue humillante la reunión con Donald Trump. Para este sector efectivamente el plagio en su tesis fue una frivolidad, como dijo el secretario Meade, pero la deshonra frente a un gringo es indignante (o ponga el adjetivo que más le agrade).
¿Qué nos queda? Posiblemente las ganas de que este sexenio ya termine, pero también la mayoría del PRI en el Congreso, una sociedad que tolera la corrupción del gobierno, un sector importante de los profesores en la calle, reformas que nada reforman, la frágil y problemática esperanza en el voto y lo peor: un presidente inepto.
Aprovechemos estas nuevas formas de comunicación para informarnos, levantemos la mano, opinemos y utilicemos nuestras redes para comunicarnos. Evitemos que alguien inepto nuevamente llegue a Los Pinos. Como dice Manuel Castells: las redes de comunicación son las redes fundamentales para la construcción del poder en la sociedad.