Por: Darwin Franco Migues (@darwinfranco)
Fabiola Regalado Guerrero tiene 21 años y es comunicóloga. Su vida trascurre entre la escuela y el trabajo porque por sus propios medios decidió pagarse no sólo la universidad sino también su vivienda. Ella se mantiene a través de un negocio de alimentos que distribuye en centros comerciales, aunque también ocupa sus tiempos libres en la colaboración con una agencia de viajes. Fabiola es emprendedora.
El 7 de febrero de 2017 a escasas cuadras de su casa en la colonia Las Águilas, en Zapopan (Jalisco), Fabiola escribió en su cuenta de Facebook:
“Creo que son contadas las veces en las que he visto que un oficial de tránsito realmente ayuda a un ciudadano y no sólo anda buscando mordidas. Vaya que la empujó sólo un buen tramo”; dicho comentario lo acompañó de una fotografía donde se ve a un elemento de vialidad empujando una camioneta. Un día después, el 8 de febrero, su vida y su activo perfil en Facebook fueron silenciados. Fabiola desapareció.
Rosa María, su madre, y Arlin, su hermana, han dado todo de sí para encontrarla, incluso, han tenido que soportar los malos tratos del personal del Protocolo Alba, pues en este espacio dedicado a buscar a las mujeres desaparecidas de Jalisco -a partir de la Activación de la Alerta de Violencia de Género- se toparon con un policía investigador que simplemente intentó culpabilizar a la familia Regalado Guerrero de la desaparición de Fabiola.
“Este policía nos culpó, nos gritó e insultó y lo único que yo hice fue mantenerme firme, quedarme quieta para no quebrarme y llorar frente a él; mantuve la calma porque esto lo hacemos por mi hija y no se vale que quienes tendrían que ayudarnos a buscarla nos traten de esa manera”, expresa la señora Rosa María.
Arlin, quien se ha convertido en una buscadora, presentó una queja contra este oficial en la Fiscalía de Derechos Humanos de la Fiscalía General de Jalisco; su queja afortunadamente fue escuchada y ese elemento no sólo ha dejado de investigar la desaparición de Fabiola sino que, incluso, fue cesado del Protocolo Alba.
Fabiola quien residía en la Colonia Las Águilas desapareció el 8 de febrero, su familia no tiene bien claro qué pudo haber pasado, aunque sospechan que las personas con las que ella compartía casa podrían tener información clave, ya que el vehículo en el que Fabiola utilizaba para desplazarse fue encontrado en este domicilio. Ahí, sin embargo, nadie supo dar detalle de qué había pasado con Fabiola. La familia de Regalado Guerrero asegura que al preguntarles qué era lo que sabían sólo les decían que ella “no estaba desaparecida sino que se había ido de viaje”.
Su familia, no obstante la falta de información de parte de la Fiscalía General de Jalisco sigue firme en su deseo en encontrarla y, por ello, distribuye su fotografía en redes sociales pero también la coloca en decenas de postes y casetas telefónicas desde las cuales Fabiola nos mira para que al verla observemos que las desapariciones de mujeres no son un mito sino una realidad.
La desaparición de mujeres en Jalisco
Una de cada cuatro personas que desaparece en Jalisco es mujer, esto significa que –en promedio- una mujer es desaparecida cada tercer día en el estado, al menos así lo indican las indagatorias por desaparición de personas que la Unidad de Transparencia de la Fiscalía General de Jalisco ha entregado a este reportero durante los últimos cinco años.
En ese registro se informa que, desde el 2006 hasta el 31 de enero de 2017, en las instancias de procuración de justicia del estado se han recibido 9 mil 935 denuncias por desaparición de mujeres, aunque también se afirma que a través de labores de búsqueda han logrado la localización de 8 mil 719 mujeres con vida y 95 sin ella, lo cual aún ocasiona –siguiendo los datos oficiales- que mil 121 mujeres sigan desaparecidas.
Para abatir la desaparición de mujeres, en el marco de la Alerta de Violencia contra las Mujeres en Jalisco decretada el 8 de febrero de 2016, se creó el Protocolo Alba, el cual focaliza toda su atención en la búsqueda de niñas, adolescentes y mujeres adultas desaparecidas en Jalisco.
Creada el 9 de abril de 2016, esta instancia -que depende de la Fiscalía de Derechos Humanos- comenzó sus labores de búsqueda hasta el 1 de junio de ese mismo año; de esa fecha al 31 de enero de 2017, tal y como lo afirma el Informe de Transparencia FG/UT/582/2017, ha recibido 978 denuncias por desaparición de mujeres, de las cuales asegura haber localizado con vida a 837 y sin ella a seis. Esto significa que bajo el Protocolo Alba no se han encontrad a 135 mujeres que desaparecieron en Jalisco.
Una de ellas es Fabiola, la cual –incluso- tuvo que esperar 10 días para que su ficha de búsqueda fuera publicada por las cuentas oficiales que Protocolo Alba tiene en redes sociales como Facebook y Twitter. Fabiola Regalado Guerrero desapareció el 8 de febrero de 2017 y su ficha se subió hasta el 18 de febrero con algunos errores que fueron denunciados por su familia, la cual ha preferido seguir usando la propia ficha que ellos han elaborado para buscar a Fabiola.
En total, en Jalisco existen 4 mil 473 desaparecidos, lo cual nos convierte en el segundo estado con mayor número de desaparecidos, el primer lugar es Tamaulipas; sin embargo, los datos estadísticos de la Fiscalía General de Jalisco discrepan con los datos que aparecen en el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas donde sólo se tienen 2 mil 634 desapariciones (2 mil 312 hombres y 322 mujeres); es decir, del registro federal se “desaparecen” a mil 839 personas que si están reportadas como desaparecidas en los registros estadísticos de la Fiscalía General de Jalisco.
La esperanza ante todo
Entre los avances que ha tenido la familia Regalado Guerrero sobre la desaparición de Fabiola se encuentra el cateo realizado al domicilio donde Fabiola vivía antes de desaparecer y el acceso a una cámara de seguridad privada ubicada cerca de este mismo sitio; sin embargo, los resultados de las pesquisas alrededor de estos hechos simplemente no han sido recibidos porque se asegura “se sigue analizando la evidencia”.
El cateo al lugar donde vivía Fabiola ha resultado revelador para su familia, pues tras la orden judicial que les permitió ingresar a este domicilio en la Colonia Las Águilas han logrado encontrar inconsistencias que no cuadran con la versión de que “Fabiola está de vacaciones”, así lo precisa su hermana Arlin que logró entrar con elementos de la Fiscalía al domicilio donde aparentemente se vio a su hermana por última vez.
“Su cuarto no era su cuarto porque ella nunca hubiera dejado así sus cosas… estaba todo revuelto y desordenado, ella no era sí. Había cosas que faltaban; por ejemplo, ropa y artículos electrónicos… creo que las cosas se movieron para seguir manteniendo la idea de que ella simplemente tomó sus cosas y se fue”.
Las personas que cohabitaban con Fabiola en ese domicilio ya han rendido su declaración en la Fiscalía y todas ellas siguen manteniendo la misma versión: “Ella se fue de viaje”. Otra persona clave para explicar qué pasó es un amigo de Fabiola, el cual aparentemente fue la última persona con la que tuvo contacto telefónico y es quien tras percatarse de su desaparición, sin avisar a la familia, presentó la denuncia por la desaparición de Fabiola.
“Él nos avisó días después de la desaparición de Fabiola que no sabía dónde estaba. A mí me marcó y me dijo que mi hermana estaba desaparecida y a mi madre sólo le dijo que lo acompañara a la Fiscalía para declarar sobre la desaparición de Faby; al inicio estuvo muy preocupado pero conforme pasaron los días ya no supimos nada de éste; sin embargo, creemos que él debe saber algo más”, cuenta Arlin quien no ha dejado de moverse entre las dependencias gubernamentales esperando encontrar soluciones pero sólo ha recibido excusas.
“Estamos investigando, ténganos paciencia” es casi siempre la respuesta de las autoridades.
Las evidencias recabadas en el domicilio donde vivía Fabiola, el registro de una cámara de seguridad cercana a este lugar, las diversas declaraciones de presuntos implicados no han permitido saber qué pasó y dónde está ella ahora.
La familia Regalado Guerrero ha tenido poco acceso a su expediente que “por cuestiones de seguridad” y la información que recibe en el Protocolo Alba “cae a cuenta gotas”, lo cual es terriblemente proporcional a la angustia que sienten su madre y hermana, a quienes la mirada se les inunda de lágrimas tan sólo de pensar cómo y dónde está.