De Reversa
10 de abril de 2018.- Lagrimita y El Bronco se parecen mucho. El primero de Guadalajara y el segundo de Nuevo León. Antes del día de la elección ya habían hecho fraude y los dos fueron cobijados por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para que aparecieran como una opción ante los electores.
Como candidato, Guillermo Cienfuegos, alias Lagrimita, fue creado desde el equipo de asesores del Gobierno de Jalisco, para que su presencia en la elección de Guadalajara del año 2015 atomizara el voto opositor que entonces se alineaba en torno a Enrique Alfaro Ramírez.
El encargado de la operación, al que identificaremos como Cronopio, también era asesor de Salvador Rizo, candidato de PRI al Ayuntamiento de Zapopan. La aventura les salió mal. Los manipuladores de Lagrimita fueron dejando migajas en el camino a partir de las cuales se hacía evidente una relación de su actividad con el PRI.
A través de una outsourcing fue que le juntaron las firmas a Lagrimita, quien necesitaba 23 mil 887 registros, entregando 27 mil 719.
Pero llegó la revisión y salieron las manipulaciones a la luz:
194 muertos firmaron
1465 registros repetidos
341 que ya se habían dado de baja del padrón
1479 registros no encontrados
769 personas sin credencial
151 personas de otras entidades
815 personas de un municipio distinto a Guadalajara, donde buscaba competir
Fue entonces que las cuentas ya no le dieron a Lagrimita. Le faltaron 988 firmas para ser candidato y por eso el 5 de abril de 2015 el Instituto Electoral del Estado de Jalisco y el INE le sacaron la tarjeta roja.
El siguiente episodio fue la apelación de Lagrimita ante la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y los muertos le revivieron al payaso. El argumento de los magistrados, como ahora con El Bronco, fue que a Lagrimita no se le dio derecho a defender sus irregularidades y por lo tanto debía estar en la boleta electoral de la elección de Guadalajara que se realizó el 7 de junio de ese año, en la que por supuesto perdió, y el PRI también.
La resolución de anoche del Tribunal Electoral que le dio el acceso a El Bronco a la boleta electoral utilizó prácticamente los mismos argumentos que los otorgados a Lagrimita en su momento, señalando que se dé por válido el requisito del número de firmas que no logró El Bronco, quien se exhibió como un tramposo con una abundante cantidad de irregularidades.
Algunas de las transas del Bronco que avaló el Tribunal Electoral fueron las siguientes:
2 millones 34 mil firmas presentadas ante el INE
835 mil 511 válidas
810 mil 995 no encontradas en la lista nominal
158 mil 532 simulaciones de firmas
205 mil 721 fotocopias de firmas
23 mil 664 documentos no válidos
Miles de firmas capturadas en un mismo domicilio, de madrugada.
El PRI no pudo ocultar su felicidad. Esta mañana Aurelio Nuño, el coordinador de campaña de José Antonio Meade, mostró su beneplácito por la actuación del Tribunal Electoral de tener a Jaime Rodríguez Calderón en la boleta electoral del 1 de julio.
Como en el año 2015 en Jalisco con el PRI y Lagrimita, el papel del Gobernador de Nuevo León será tratar de minar los votos del puntero, en este caso de Andrés Manuel López Obrador, que tiene entre el 40 y el 50 por ciento de la intención del voto.
La novela de Lagrimita y El Bronco se cuenta igual, y el resultado para el PRI será el mismo: sus payasos no podrán revertir la aversión a años de malas políticas públicas, de pobreza, corrupción, desigualdad e inseguridad que padece el país entero.