La falla borrada de Zapotlán El Grande

Por: Cristian Rodríguez Pinto (@Crizpint) / Fuego Lento

16 de julio 2016.- “Dios bendiga nuestro hogar”, demanda la placa de yeso colgada en una pared blanca, la que se cimbra cada que pasa el tren a 130 metros de distancia. Es la fachada de la casa de dos recámaras que habitan Claudia, su esposo, y sus tres hijos aún infantes. Es la colonia La Primavera II, al suroeste de Ciudad Guzmán, municipio de Zapotlán el Grande, Jalisco.

“Así se siente cada que pasa el tren, unas dos o tres veces al día. Pero se nota más cuando el tren pasa muy cargado”, des­cribió la mujer que habita una de las 247 casas de este fraccionamiento inaugurado en agosto del 2014.

Fraccionamiento La Primavera II. Foto: Cristian Rodríguez Pinto.

Fraccionamiento La Primavera II. Foto: Cristian Rodríguez Pinto.

“¿Alguna vez ha escuchado algún comentario sobre una falla geológica cercana a su vivienda?”, se le preguntó a Claudia. Ella al igual que Guillermo Cobián, Manuel Magallón –presidente y vicepresidente de la colonia, respectiva­mente- y otros cinco vecinos entrevis­tados, respondieron que no.

En noviembre del 2006 se publicó el Atlas de Peligros Naturales del municipio, un trabajo realizado en conjunto por la Secretaría de Desarrollo Social (SEDE­SOL), el Ayuntamiento de Zapotlán el Grande –encabezado por el entonces alcalde Dagoberto Moreno Leal- y la empresa Temblores, Similares y Conexos S. A. de C. V. El documento señaló 92 puntos de peligro a causa de tormentas y por la presencia de fallas geológicas en Ciudad Guzmán.

Dicho Atlas advirtió la presencia de seis fallas geológicas de diferente longitud en la ciudad. La más extensa y visible se extiende desde un predio ubicado frente al Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios 226 –al noreste de la ciudad- hasta otro predio al oeste de la autopista 54D (Guadalajara-Manzanillo), unos dos kilómetros al norte del Instituto Tecnológico de Cuidad Guzmán (ITCG) –al suroeste de la ciudad-.

El paso de la falla geológica en una vivienda deshabitada de la calle Carlos María Bustamante. Foto: Cristian Rodríguez Pinto.

El paso de la falla geológica en una vivienda deshabitada de la calle Carlos María Bustamante. Foto: Cristian Rodríguez Pinto.

El 20 de sep­tiembre del 2012 esta falla presentó un hundimiento provocando un microsismo y ocho viviendas inhabitables. Otras cinco padecieron daños menores en las calles Ig­nacio Mejía y Manuel M. Diéguez.

Peligro

El Atlas 2006 de Peligros Naturales del Municipio señala que la falla geológica mencionada atraviesa el terreno en el que hoy se encuentra la colonia La Primavera II, entonces no edificada.

En la página web del ayuntamiento de Zapotlán se encuentra el Plan Parcial de Desarrollo Urbano (PPDU) publicado en junio del 2013. Este plan incluyó las calles del fraccionamiento La Primavera II, así como las fallas con­templadas en el Atlas de Peligros Natura­les 2006.

Fragmento del Atlas de Peligros Naturales del Municipio de Zapotlán el Grande, edición 2006. Falla: línea roja. 

Fragmento del Atlas de Peligros Naturales del Municipio de Zapotlán el Grande, edición 2006. Falla: línea roja.

Sin embargo, la falla que según el Atlas 2006 atraviesa La Primavera II, en el PPDU 2013 termina en la calle San Cornelio de la colonia La Providencia. Es decir, ya no se señaló presencia de falla en La Primavera II.

Cinco meses después de la publicación del PPDU, la Coordinación de Supervisión y Dictami­nación Técnica de la Unidad Municipal de Protección Civil y Bomberos del Municipio (UMPCB) otorgó su visto bueno a la factibilidad de urbanización de los 247 lotes del fraccionamiento La Primavera II en la Licencia de Urbanizacion DU1175/11/2013La Primavera II, dirigida al ingeniero Juan Antonio Aceves, representante de Constructora ROASA S. A. de C. V.

Fragmento del Plan Parcial de Desarrollo Urbano Zapotlán el Grande, edición 2013. Falla: línea amarilla.

Fragmento del Plan Parcial de Desarrollo Urbano Zapotlán el Grande, edición 2013. Falla: línea amarilla.

El artículo 17 del Reglamento de Cons­trucción vigente de la Ciudad –elaborado por el Colegio de Ingenieros Civiles del Sur del Estado de Jalisco y el Departamen­to de Obras Públicas de la administración 1997-2000 -entonces dirigida por Lázaro Cárdenas Jiménez- señala:

“Queda a jui­cio de la Dirección (de obras públicas), el otorgamiento o restricción de licencias de construcción en las zonas consideradas de riesgo por la afectación de fenómenos tales como fallas geológicas, zonas inunda­bles, suelos colapsables o inestables (…)”

En entrevista con la arquitecta Elsa Aldana Ornelas, ex subdirectora de Pla­neación de la dirección de Obras Públicas de Zapotlán, del 2006 al 2015, explicó la inconsistencia:

“Para poder autorizar el desarrollo en La Primavera I y II se man­daron hacer estudios especializados de la totalidad del terreno y se determinó por dónde pasaba la falla. Si tú te fijas, hay un corredor verde por la parte de atrás (de ambas colonias). (La falla) no pasa sobre las colonias (La Primavera I y II), se des­vía en el área de donación y pasa por un costado. El área de donación es la que está sobre la curva, frente al libramiento”.

Y sobre las fallas confirmadas en la ciudad agregó: “La parte que está sobre la falla no tiene autorización de cons­trucción. Se tienen que hacer obras de mitigación del riesgo a los costados del eje. No puedes construir sobre ella. La falla, como los arroyos, no se puede tocar”.

En entrevista con el encargado de la revisión del atlas de riesgos y auxiliar de la Coordinación de Supervisión y Dictaminación Técnica de la UMPCB, Salvador Jiménez Pérez, se le cuestionó sobre la exacti­tud del Atlas de  riesgos 2006.

“Se tenían dudas. (La falla) llegaba visiblemente hasta la avenida Pedro Ramírez Vázquez, pero el Atlas que se encuentra en internet (Atlas 2006) sí marca más abajo (cruzando la autopista). Se le pidió al contratista encargado de la obra que realizara un estudio general de riesgos y otro de geotécnica. Se hicieron los estudios (…) se dictó la factibilidad y se realizó la obra porque los estudios no arrojaron nada”, declaró.

El oficio CS-0434/2013, “Factibilidad en Predio La Primavera II”, con fecha del 05 de agosto del 2013, firmado por el entonces Coordinador de Supervisión y Dictaminación Técnica de la UMPCB, Paul Zamora Ruiz, dice:

“El Dr. en geofísica Juan José Ramírez Ruiz, desplegando un estudio de prospección geofísica mediante resistividad y magnetometría en predio La Primavera II, ubicado en Ciudad Guzmán, Jalisco, para detección de fallas y fracturas, argumentó: ‘al menos en los primeros 80 metros de profundidad no se aprecia presencia de fallas o fracturas que se encuentren en el área de estudio y que pudiera mag­nificarse con un nivel freático superficial que incluya sobre los asentamientos desplantados en el área del predio La Primavera II´”.

 

Factibilidad La Primavera 2 en Ciudad Guzmán

Jiménez Pérez explicó que los estu­dios de campo de la UMPCB ‘tampoco’ encontraron rastro físico evidente de la falla “más allá del predio ubicado frente a La Primavera II, antes de cruzar el libramiento”.

Se le preguntó si era posible acceder al Atlas de Peligros Naturales de Zapotlán, edición 2015 –aprobado en cabildo el 21 de diciembre pasado-, pero respondió que no, pues “se le están realizando modificacio­nes”.

El reportero accedió al Atlas de Peligros y Riesgos Natuarales Zapotlán 2015, capitulo IV vía transparencia. Dicho documento, respaldado por el Instituto de Información Estadística y Geográfica de Jalisco (IIEG), indica la existencia de la falla geológica en el predio en el que ahora existen los fraccionamien­tos La Primavera I y II, tal como lo indicó el Atlas 2006.

 

Fragmento del Atlas de Peligros Naturales del Municipio de Zapotlán el Grande, edición 2015. Falla: línea roja.

Fragmento del Atlas de Peligros Naturales del Municipio de Zapotlán el Grande, edición 2015. Falla: línea roja.

El arquitecto Edgar Moreno Orendain, miembro de Constructora ROASA, cali­ficó de ‘impreciso’ al Atlas del Peligros Naturales de Zapotlán el Grande edición 2006, y aseguró que la inmobiliaria toma en cuenta los factores de riesgos naturales antes de construir.

Puso como ejemplo al fraccionamiento Los Camichines –al oeste de la ciudad-, cuya primera etapa de 325 viviendas fue inaugurada el pasado mes de abril y está separada de la futura segunda etapa por el arroyo Los Guaya­bos: “Aquí tuvimos que respetar el cauce natural del arroyo porque si tú lo desvías, con el tiempo (el agua) vuelve a agarrar su cauce”.

Según el periódico El Sur, Constructora ROASA ha edificado 11 fraccionamientos en los últimos 12 años en Ciudad Guzmán, los que suman un total de tres mil 575 viviendas.

Crecimiento urbano

De 1990 al 2015 la cantidad de viviendas particulares habitadas en Zapotlán el Grande incrementó 66.56% al ir de 14 mil 864 a 24 mil 758, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Fue más que la población, que se incrementó 42.16% y pasó de 74 mil 68 a 105 mil 301 habitantes.

La misma institución señala que 98% de los habitantes del municipio viven en la cabecera municipal, Ciudad Guzmán, y 2% se distribuyen en las localidades de El Fresnito, Atequizayán y la colonia El Fresno.

Aunque del Departamento de Obras Públicas del municipio no se obtuvieron datos estadísticos cronológicos del incre­mento de la longitud de Ciudad Guzmán, en el Plan de Desarrollo Municipal (PDM) 2015- 2018 se puede ver un mapa de desarrollo de la mancha urbana durante el periodo del siglo XVI al año 1997 en el que se aprecia que sólo en el siglo XX el área de la mancha urbana aumentó más de lo que había crecido durante los cuatro siglos anteriores.

Fragmento del Plan de Desarrollo Municipal 2015-2018. 

Fragmento del Plan de Desarrollo Municipal 2015-2018.

“Durante la segunda mitad del siglo XX las zonas urbanas (en México) crecieron de manera desordenada y descontrolada (…). La migración masiva del campo a la ciudad fue la responsable de este fenó­meno. Las ciudades no se encontraban preparadas para recibir dichos flujos migratorios”, explicó la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) en su Programa Sectorial 2015-2018.

Luego del terremoto de 1985 hubo muchos apoyos para desarrollar vivienda en Ciudad Guzmán, explicó la ahora jefa de la Unidad Metropo­litana municipal, Elsa Aldana Ornelas.

"Como no estaban empatadas la regu­larización urbana y la de tenencia de la tierra, se iban generando desarrollos en zonas ejidales y las personas no tenían una certeza jurídica de su propiedad. Se vendieron terrenos a los que les faltaba infraestructura (agua potable, drenaje, electricidad) y no podemos entrar a esas colonias con equipamiento porque como no tenemos la escritura, el plano, no podemos bajar recursos para ejercer dentro de esas áreas porque eran ejida­les, o no están expropiadas, o están en proceso de expropiación. Ahora se está buscando eso: empatar estas cuestiones urbanas con las cuestiones de la tenencia de la tierra”, agrega la funcionaria.

En Ciudad Guzmán el 42.47 % de las colonias no están regularizadas, según el Plan Municipal de Desarrollo 2015-2018.

El crecimiento urbano descontrolado provoca el alejamiento de las zonas resi­denciales, industriales y comerciales de una ciudad, lo que aunado al “descuido de la oferta de transporte público de calidad y la provisión de la infraestructura peatonal y ciclista” propicia el uso del automóvil, dice por su parte la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) en su Programa Sectorial 2015-2018.

Según la misma fuente, en el año 2010 Tijuana era la ciudad del país con más vehículos de motor: 0.33 autos por habitante. Sin embargo, según el INEGI, en 2010 Zapotlán tenía una población de 100 mil 534 personas y un parque vehicular de 36 mil 281 automóviles, lo que arrojaba un nivel de motorización de 0.36 vehículos por habitante.

En el 2015, la población de Zapotlán era de 105 mil 301 personas y el parque vehicular registrado por la Dirección de Tránsito y Movilidad Municipal ya era de 50 mil 35 vehículos: 0.47 vehículos por habitante.

Aldana Ornelas, argumentó que la mo­torización de Ciudad Guzmán “se debe a la cultura, no a la estructura”, pues “la ciudad aún es compacta”.

Sobre el de­sarrollo añadió: “Ahora que sí existe un Plan de Desarrollo Municipal, si vemos alguna acción urbana que se está desarrollando y no cuenta con permisos, se clausura, se notifica, se sanciona y se sigue todo un proceso. La intención es que el desarrollo urbano sea ordenado (apegado al PDM)”.

El gobierno de Zapotlán el Grande y el Instituto de Información Estadística y Geográfica de Jalisco trabajan en el Pro­grama Municipal de Desarrollo Urbano (PMDU), documento que según Aldana Ornelas, “busca alinear el Atlas de riesgos, los programas de Ordenamiento Ecoló­gico y Territorial”.

La jefa de la Unidad Metropo­litana municipal llamó a la ciudadanía a presenciar las reuniones de trabajo. Dicho Programa Municipal será integrado al Sistema de Información Geográfica, un software con el que el gobierno municipal pretende agilizar los trámites de obras pú­blicas, ordenamiento territorial y ecología, entre otras dependencias, y así tener control del desarrollo de la ciudad.