Más mexicano que el nopal

Por: Raúl Valencia Ruiz (@v4l3nc14).

El próximo domingo 26 de noviembre, en punto de las 12:30 horas, en la plaza cívica de la Delegación de San Esteban, municipio de Zapopan, Jalisco, tendrá lugar la primera de una serie de presentaciones del libro: Crónicas de San Esteban.

A don Eutilio Santos Esqueda, In Memoriam

19 de noviembre de 2017.- Esta obra forma parte de un programa más amplio que, bajo el título de «Más mexicano que el nopal», fue impulsado en el año 2015 por la agencia Kaliopeo S.C., que dirige la socióloga Zafiro Rizo, con la intención de brindar a los habitantes de San Esteban, una mejor comprensión sobre ellos mismos entorno a los procesos sociales y económicos en los que se encuentran inmersos.

En algún momento de la década de 1970, la comunidad de San Esteban, ubicada en la zona norte del municipio de Zapopan, Jalisco, se encontraba inmersa en una crisis económica, inducida por la caída de los precios de sus productos agrícolas, como el maíz y el mango [¡sí!, en San Esteban, un microclima, se produce mango], así como por las dinámicas migratorias de los jóvenes, quienes buscaban mejores condiciones de vida en la capital de Jalisco: Guadalajara; o bien, en los Estados Unidos. Y fue ahí, en ese momento, donde el nopal verdura hizo su aparición.

No se cuenta con fuentes oficiales o documentales de ningún tipo, en las que se constate cómo es que esta comunidad comenzó a vocacionarse como una de las principales productoras de nopal verdura en Jalisco. Lo cierto es que la memoria colectiva reconoce a Jaime Alvarado como el autor de haber introducido el cultivo en la zona. El testimonio de varios de sus habitantes, como lo es don Eutilio Santos Esqueda de 75 años de edad, sostiene que, en aquel entonces, el joven Jaime Alvarado traía el nopal de Ziracuaretiro, Michoacán, con la intención de comercializarlo en los mercados de Guadalajara, como el Mercado Felipe Ángeles. Para después, caer en cuenta, de que el nopal podía cultivarse en sus propias huertas; lo demás, como se dice, es historia. Una historia que es narrada en Crónicas de San Esteban.

José Antonio Poblano, productor de nopal, en compañía de su hijo Antonio. Fotografía: Raúl Valencia Ruiz.

Sin embargo, más que una obra anecdótica o testimonial, Crónicas de San Esteban aborda la problemática que hoy en día afrontan sus habitantes; quienes se encuentran al borde de una nueva crisis social y económica, pero esta vez, inducida por el crecimiento urbano del Área Metropolitana de Guadalajara (AMZ), que ya ha alcanzado a la comunidad y ha comenzado a imponer transformaciones en el uso de suelo agrícola hacia el residencial; por la contaminación que dicha expansión urbana acarrea y amenaza sus fuentes de agua para la producción agrícola y el consumo humano.

Además de la valiosa colaboración y el entusiasmo de los habitantes de San Esteban, para su publicación, Crónicas de San Esteban ha contado con la participación de un equipo interdisciplinario de jóvenes profesionistas convocados por Kaliopeo S.C. y con el apoyo de instituciones, como la Secretaría de Cultura en Jalisco, a través del Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMYC).

«Más mexicano que el nopal» está conformado por Zariá Casillas, Brenda Solorio, Luis Arreola y Rigo Castillo en investigación; Ana Sánchez y Raúl Valencia Ruiz en el trabajo de campo y Crónicas de San Esteban contó con la participación de José Ramón Cervantes Arciniega, Cecilia Scarlett Delgadillo Gómez, Diana Margarita García Alcalá, María de Lourdes López Mendoza y Manuel Ruelas Zepeda en la coordinación editorial, así como un espléndido trabajo fotográfico de Alethia García y de Jonathan Cuevas en el diseño y concepto editorial. En palabras de todos ellos, esta obra es en beneficio de los habitantes de San Esteban.

Equipo de «Más mexicano que el nopal». Fotografía: Jonathan Cuevas.

Equipo de «Más mexicano que el nopal». Fotografía: Jonathan Cuevas.