Una vez más, jurados manchan al Premio Jalisco de Periodismo

Por: Jorge Covarrubias (@vivalitos)

Por segundo año consecutivo el Premio Jalisco de Periodismo ha quedado en tela de juicio. Mientras en 2015 el cuestionamiento fue haber entregado un reconocimiento por trayectoria periodística a Javier Hurtado Martínez, un personaje más funcionario que periodista, ahora en 2016 hay un presunto plagio en la categoría de reportaje.

La periodista del Canal 44 de la Universidad de Guadalajara, María Antonieta Flores Astorga, detectó que el reportaje premiado de este año Olvidan Fiscalía y reglamento de Ley de trata de la reportera Andrea Cárdenas Novoa, replica —con diferencias muy sutiles— la misma historia que publicó ella para el diario El Occidental en el año 2003, que tuvo como título Son como esclavas.

Flores Astorga se sintió ofendida y denunció el hecho, una y otra vez, a través de su cuenta personal de Facebook, lo que generó que el comité del Premio Jalisco de Periodismo, en una reunión a puerta cerrada, analizara el tema este miércoles 14 de diciembre.

El tema ha crecido en el interés de la opinión pública porque Andrea Cárdenas Novoa, reportera de El Informador, es hija de los panistas Alberto Cárdenas Jiménez, quien fuera Gobernador de Jalisco, y de Joann Novoa, ex diputada y regidora.

Ambas historias publicadas, la de María Antonieta y la de Andrea, cuentan el testimonio de una joven que a sus 15 años de edad fue interceptada por una extensa red de tráfico y prostitución de menores que operaba en la Ciudad de México y Atlanta, Estados Unidos, teniendo como foco principal a la población de Tenancingo, Tlaxcala, considerada por organizaciones civiles como la “capital de la trata de personas”.

La reportera de El Informador le puso Lucía al personaje sobre el que gira la historia, mismo nombre ficticio que manejó Flores Astorga hace 13 años para proteger a la protagonista del reportaje , quien fue liberada de la red de trata de mujeres en el 2003 por intervención del FBI.

El tema de la prostitución en en Tenancingo ha sido ampliamente documentado, e incluso el escritor Jorge Volpi realizó Las Elegidas, una novela en verso que da cuenta de la complicidad entre políticos, cuerpos de seguridad, y las propias familias para explotar sexualmente a sus mujeres.

De acuerdo con el autor, esa novela la escribió después de quedar impactado con la detención de los hermanos Salazar Juárez en el 2001, quienes en aquel momento integraban una lista de cinco criminales más buscados en Estados Unidos por trata de blancas. Su red se extendió a ciudades como San Diego, Los Ángeles, Chicago o Nueva York, Atlanta y Dallas.

La obra de Volpi fue llevada a la pantalla grande con el mismo nombre por el cineasta David Pablos, y su estreno en el primer semestre de este año recibió ovaciones de la crítica especializada.

Cuando la periodista de Canal 44 publicó su reportaje en el diario El Occidental, los captores de Lucía (los hermanos Méndez Guzmán, Noé Quetzal, Ricardo y Samuel) aún seguían prófugos, pero fueron detenidos en el 2012 con una sentencia condenatoria a prevalecer en prisión durante 60 años.

Astorga Flores menciona en su cuenta personal de Facebook que para narrar esa historia se entrevistó personalmente con "Lucía" y su madre, Enedina Quintana Magallanes, quienes vivían en el municipio de El Arenal, Jalisco donde la chica fue cortejada por Noé Quetzal y trasladada con engaños a la Ciudad de México.

Ese reportaje fue acompañado con información proporcionada por el presidente de FIND (Fundación de Niños Robados y Desaparecidos) Juan Manuel Estrada Juárez, quien ha dedicado parte de su vida a investigar redes de tráfico de personas, y quien por esta actividad recibió en el 2014 el Premio Nacional de Derechos Humanos.

Andrea Cárdenas también recibió información de Estrada Juárez, y según manifestó éste en sus redes sociales, la reportera de El Informador conocía el reportaje de Flores Astorga porque él se lo dio. Sin embargo la joven reportera no publicó las fuentes originales del tema que presentó al concurso anual de periodismo.

El trabajo periodístico de Cárdenas Novoa se presenta como una secuencia del reportaje original.

Reverso le envió por correo un breve cuestionario a Andrea Cárdenas para conocer su postura sobre los cuestionamientos de presunto plagio, pero no hubo respuesta.

Rueda de prensa en la que se dieron a conocer los ganadores del Premio Jalisco de Periodismo 2016. Foto: UdeG

Señalan el "plagio"

La investigadora de la Universidad de Guadalajara, María Elena Hernández, quien se ha especializado en el análisis de medios de comunicación produciendo libros e innumerables ensayos, consideró el lunes 12 de diciembre que sí hubo plagio.

La investigadora contrastó ambos reportajes, sometiéndolos al análisis de los criterios de evaluación que exigen las bases de la convocatoria del Premio Jalisco de Periodismo: veracidad, oportunidad, impacto y trascendencia social, estructura narrativa, investigación, manejo del lenguaje y ética periodística.

Este último señala lo siguiente: “que muestre respeto por la integridad de quienes protagonizan los acontecimientos y por las fuentes, que la información que proporcione se apegue a la veracidad de los hechos, que sus fuentes sean confiables, que sirva a los intereses de las audiencias o los lectores, que sea independiente de los poderes”.

Derivado de lo anterior, la académica señaló durante la transmisión del noticiero vespertino de Canal 44 que se advierte un uso de trabajo ajeno presentado como propio por parte de la reportera de El Informador.

“Si se quiere ser condescendiente, podría afirmarse que nada más hubo plagio en la historia inicial, unas 1000 palabras, poquito más, contadas bajo el mismo guión del trabajo de María Antonieta Flores, aunque con ligeras modificaciones, como cuando un estudiante cambia la primer palabra y algún verbo para que el profesor no se dé cuenta de que transcribió un trozo de lectura y lo presentó como propio. Es decir, nada más es un poquito de plagio: la parte más interesante de todo el trabajo”, recalcó la investigadora.

La periodista María Antonieta Flores Astorga.

Al mismo tiempo formuló algunas preguntas al aire que aún no han sido respondidas por Cárdenas Novoa: ¿Qué justifica que la autora del reportaje utilizara la historia de Lucía (documentada hace 13 años) para integrar la fórmula de su reportaje? y ¿Por qué no dio el nombre verdadero de la víctima, llamada Lucía en un trabajo ajeno?.

La académica incluso sugirió la pertinencia de que un segundo jurado someta a revisión el tema para preservar la confianza en el premio.

La investigadora precisó que si se siguen al pie de la letra los criterios de evaluación el reportaje de Andrea incumple varios de ellos, principalmente el de impacto social y trascendencia porque el original de Flores Astorga derivó en la desarticulación de una red internacional de tratantes.

“Tampoco se explica en el reportaje de junio de 2016 que el de Lucía fue un caso publicado en El Occidental en el año 2003, ni que gracias a este reportaje de María Antonieta Flores la FBI intervino para desarticular una red internacional de trata y que la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal detuvo al tratante de personas Noé Quetzal Méndez Guzmán, en 2012. Es decir, que el trabajo periodístico publicado en 2003 tuvo consecuencias sociales relevantes”.

Hernández hizo un llamado a los miembros del jurado para que recapaciten y reconsideren su decisión mediante un análisis más profuso.

Beca

Cárdenas Novoa fue becaria este año de la Beca Prende que coordina la Universidad Iberoamericana a través del Programa Prensa y Democracia, con la intención de capacitar a los profesionales de la comunicación en materia de derechos humanos.

Por ese motivo, el martes por la mañana la titular del proyecto, Mireya Márquez, lanzó un comunicado con un tono airado en el que condena lo que ella considera una “campaña de desprestigio” contra una de sus egresadas.

“El programa PRENDE, con 14 años de trayectoria y una cartelera de periodistas multipremiados que han sido profesores y talleristas de nuestros becarios, deja en claro que el semestre que hemos sido profesores y mentores de Andrea, hemos constatad su integridad, esfuerzo y trabajo tanto en sus trabajos académicos como periodísticos, por lo que cuenta con el absoluto respaldo del programa y de sus profesores en este asunto. Lamentamos y condenamos la campaña de desprestigio de la que ha sido objeto”, expresó.

En ese extenso comunicado Márquez puntualiza que Cárdenas Novoa cuenta con fuentes primarias, consistentes en ocho entrevistas, seis solicitudes de acceso a la información, y una base de datos sobre averiguaciones previas “por lo que creemos que se trata de una investigación exhaustiva y rigurosa que desvela una problemática continua”.

Por su parte, María Antonieta Flores y el presidente de la Fundación FIND presentaron el 9 de diciembre una carta abierta al comité técnico del premio, representado por el director de comunicación social del ITESO, Humberto Orozco. En la misiva ambas personas expresan su descontento por lo que consideran un engaño de la reportera de El Informador.

“Me enteré por la propia Lucía, que la reportera le había llamado por teléfono, para hacerle algunas preguntas. Ni siquiera por curiosidad se acercó a ella. Y eso me parece aberrante. No es una historia original de Andrea, ni tampoco “exclusiva”, ni producto de una investigación. Por el bien del periodismo en Jalisco, levanto mi protesta. El Premio que se le va a otorgar será una burla para los que hemos ejercido este oficio a contracorriente, pero con devoción y entrega”, escribe Flores Astorga.

“La reportera hace creer al lector y a los miembros del jurado, que la información sobre la que basa su reportaje fue obtenida mediante una exhaustiva investigación, lo cual es una mentira, ya que toda la información que vació la reportera Andrea Cárdenas Novoa sobre los acontecimientos vividos por la mujer “Lucía”, le fue enviada vía correo electrónico por un servidor, incluido como fundamento, el reportaje de María Antonieta; quién si realizó la labor de investigación”, añade Estrada Juárez.

El escándalo del presunto plagio desbordó al comité técnico organizador y lo obligó por primera vez desde que surgió el premio hace 21 años —por iniciativa de universidades locales y privadas, así como dueños de los medios de comunicación locales— a celebrar este miércoles una asamblea extraordinaria para dirimir el asunto.

Flores Astorga mencionó en su cuenta personal de Facebook que no fue invitada por el comité técnico para exponer su postura y carearse con la presunta plagiaria. De cualquier forma la ceremonia de premiación está programada este jueves en el auditorio Pedro Arrupe del Iteso a las 12:00 horas. Si el jurado ratifica su fallo, Andrea se sumará a otros cinco reporteros que ganaron en sus respectivas categorías: fotoperiodismo, entrevista, reconocimiento a estudiantes y trayectoria periodística.

El apartado de crónica quedó desierto pues el jurado que integraron los periodistas Jaime García Elías, Jorge González Castaños y Salvador Camarena, consideraron que “ninguno sobresalía por su calidad, interés, profundidad de la investigación y calidad intrínseca”.

En lo que respecta a la categoría de reportaje, la periodista afectada cuestionó que se invitara a participar en el jurado a José Ángel Gutiérrez y Agustín Ramírez Góngora, cuya trayectoria se ha definido principalmente en la conducción de espacios de noticias en radio y televisión. Los otros dos jurados son Elba Díaz, investigadora de la Universidad Panamericana y la periodista Arlette Carreño, quien actualmente es directora editorial del programa ACCESO LIBRE en 106.9 FM en le ciudad de Barcelona.

En la edición de este año Flores Astorga volvió a ser finalista con otro trabajo, pero los miembros del jurado se inclinaron por el reportaje de Cárdenas Novoa.

Flores Astorga recibió en el 2009 el Premio Nacional de Periodismo. Es autora del libro Carriolas vacías, tráfico de niños en México, y de diversas investigaciones publicadas en medios impresos y en el canal 44 de la Universidad de Guadalajara.

Javier Hurtado en la ceremonia de entrega del Premio Jalisco de Periodismo. Foto: UdeG

Como traje a la medida

La presidencia del premio es rotativa, y este año le correspondió al Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). A principios de julio el comité técnico organizador, representado por Humberto Orozco, sostuvo una reunión con un grupo de reporteros que no estuvieron de acuerdo en la condecoración de Hurtado en el 2015.

Esa reunión tuvo por finalidad que se establecieran candados para que al menos en la categoría de trayectoria periodística no se vuelva a premiar a alguien que nunca ha ejercido el periodismo y que tampoco vive del mismo pues sus ingresos económicos fuertes provienen de la función pública.

Cuando Jorge Aristóteles Sandoval Díaz fue alcalde de Guadalajara, Hurtado Martínez ocupó la Dirección de Educación, y como gobernador lo volvió a llamar para que se hiciera cargo de la titularidad del Instituto de Estudios del Federalismo Prisciliano Sánchez donde cobraba más de 62 mil pesos mensuales, una suma que equivale a casi diez veces el salario promedio de un reportero.

Al comienzo de marzo de este año Hurtado Martínez se separó de ese organismo para asumir la presidencia de la Junta de Gobierno de El Colegio de Jalisco, no sin antes recibir sendos cuestionamientos por parte de los ayuntamientos de Guadalajara y Zapopan mediante un comunicado que fue difundido a la opinión pública.

“El presidente del Colegio debe ser factor de cohesión entre las distintas expresiones sociales, políticas y académicas; no un personaje cuyo papel en los últimos años ha sido de orquestador del golpeteo y la calumnia”, expresó aquel comunicado en el que además se acusaba al académico de formar parte del llamado Cuarto de Guerra en el que se diseñó la estrategia para enfrentar a Enrique Alfaro Ramírez durante la contienda electoral de Guadalajara.

El director de Canal 44, Gabriel Torres.

En la convocatoria del año pasado trascendió a través de versiones de miembros del comité organizador del Premio Jalisco, que el director del Canal 44, Gabriel Torres Espinoza, fue el encargado de cabildear para que el galardón Despertador Americano le fuera otorgado a Javier Hurtado. Aunque el propio directivo rectificó después en un comunicado que no cabildeó por el académico, pero sí voto por él.

“Es el primer año en que formalmente participo en la asamblea de premio y el total de votos son 14 o 15 y de esos sólo tres fueron para la otra propuesta…El filtrado lo hicieron y Jorge Verea (del Informador) nos dio a conocer que los finalistas eran dos: Javier Hurtado uno de ellos. Yo voté por Javier que aunque no es un periodista de carrera sí ejerce varios géneros del periodismo”, dijo el funcionario en aquella ocasión.

Ironías de la vida, Torres Espinoza se ha mostrado activo en sus redes sociales como crítico del suceso en un premio que él mismo se encargó de polemizar con su apoyo a Hurtado.

En la reunión citada con el comité técnico organizador, el grupo de reporteros sugirió además que se declararan desiertas aquellas categorías cuyos trabajos no tuvieran la suficiente calidad para ser merecedores del premio, lo que ocurrió finalmente en el apartado de crónica. Lo que no se previó es que aparecieran señalamientos de plagio.

Andrea Cárdenas Novoa en la entrega del Premio Jalisco de Periodismo. Foto: UdeG

El nombre sí era verdadero

La controversia por el Premio Jalisco de Periodismo en su edición de este año terminó este jueves con la ceremonia en la que el jurado de la categoría de reportaje ratificó, ante la asamblea de medios y universidades, como ganador al trabajo escrito por Andrea Cárdenas Novoa, Olvidan Fiscalía y reglamento de Ley de trata, publicado en El Informador, el cual fue objetado de presunto plagio por la periodista de Canal 44 María Antonieta Flores Astorga, a un trabajo suyo publicado en el diario El Occidental en el 2003 al que tituló Son como esclavas.

La clave del presunto plagio que alega la afectada estaba en el supuesto seudónimo con el que identificó a la protagonista de su reportaje, más allá de las similitudes que se reflejan en ambas historias. Flores Astorga aseveró en repetidas ocasiones en su cuenta personal de Facebook que ella había inventado el nombre de Lucía para protegerla de nuevos atentados.

Sin embargo la reportera de El Informador demostró ante la asamblea de medios y universidades que el apelativo de su entrevistada es real (el nombre completo es Rosa Lucía Quintana).

"Con esa documentación comprobatoria, el jurado confirmó su decisión de otorgar a su trabajo el premio en la categoría de Reportaje", refiere un boletín que el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (Iteso) difundió la tarde de este jueves.

Hasta el momento, la periodista que se sintió ofendida por el supuesto plagio no ha ofrecido una explicación del porqué resultó verdadero el nombre de la joven secuestrada y no una ficción como ella sostuvo en sus redes sociales, aunque trascendió que continuará con un procedimiento legal para demostrar que la reportera de El Informador cometió plagio.