Por: Redacción (@reversomx)
24 de julio de 2016.- Vive oculto en algún lugar del norte del país y dice que no sabía de los cárteles de la droga hasta que lo metieron a la cárcel. Es Rafael Caro Quintero, uno de los mayores capos de la historia del narcotráfico mexicano, que en la clandestinidad brindó una entrevista a la periodista Anabel Hernández, que hoy aparece en la revista Proceso.
“Yo ya no soy un peligro para la sociedad. No quiero saber nada de narcotráfico”, dice Caro frente a la periodista.
“Le pido perdón a la DEA, al Gobierno de Estados Unidos; no fue mi intención hacerles daño, las cosas no estaban en mis manos. Si algo hice mal, ya lo pagué, pero todos merecemos una segunda oportunidad”.
Caro Quintero tenía sólo 32 años cuando fue capturado en Costa Rica en 1985. A esa edad ya había sido el mayor productor de mariguana de México, ya lo buscaba el gobierno de Estados Unidos, poseía múltiples propiedades en Guadalajara y tenía como novia a Sara Cosío sobrina del que sería gobernador de Jalisco un año después, Guillermo Cosío Vidaurri.
El imperio se vino abajo cuando el Cártel de Guadalajara, el que comandaba Caro Quintero, enfureció al Gobierno de Estados Unidos por el asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar.
Luego de su captura, el narcotraficante pasó 28 años en la cárcel hasta que en agosto de 2013 un juez consideró que su proceso fue ilegal y que debía salir de prisión, 12 años antes de cumplir con la sentencia impuesta originalmente.
Ahora Caro es de nueva cuenta prófugo de la justicia, porque se determinaron irregularidades en su proceso de liberación. El Gobierno de Estados Unidos quiere su extradición y en México se le busca para volver a meterlo a la cárcel.
“Mire, yo de cárteles y todo eso no me di cuenta hasta que estuve preso”, dice en entrevista… “hacía unas siembritas de marihuana, nada más”.
“Yo sembraba la marihuana, pero nunca la he fumado. No soy vicioso. Le diría a la juventud que no usé droga, ¿para qué?”.
El 11 de junio de este 2016 un comando armado atacó la comunidad de Badiraguato, de donde es originario Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”. La ofensa no paró ahí. La casa Consuelo Loera madre de El Chapo, fue allanada.
De este hecho se le culpa a Rafael Caro Quintero, según fuentes del Gobierno mexicano y de algunos narcotraficantes, de acuerdo a indagatorias de la misma periodista Anabel Hernández en un reportaje publicado en Proceso el 25 de junio pasado.
Pero es el mismo Caro Quintero el que da su versión.
“No estoy en guerra con nadie; El Chapo y El Mayo son mis amigos”…“No sé nada de la madre de El Chapo. No tengo problema con ningún cártel. A mí no me llama la atención ningún poder ni ninguna cantidad de dinero. Quiero paz, quiero vivir en paz, quiero que mi familia viva en paz”, señala en una parte de la entrevista que hoy publica Proceso.
“Dejé de ser narcotraficante. No quiero saber nada de cuestiones ilícitas. ¿Usted cree que yo tengo ganas de regresar a la cárcel después de estar 29 años preso?”.
Este lunes Proceso dará a conocer un video con la entrevista.