Por: Sergio Hernández Márquez (@sergio2hm)
24 de agosto de 2016.- No podía ver escena más desesperante la noche del sábado en el Salón del Bosque. Era la segunda vez que una señora, cercana a los 60 años, tomaba el celular para marcar 01 800 244 8271, el número del servicio técnico de Chivas TV, para reclamar las constantes fallas en la señal del clásico tapatío.
Del otro lado del auricular daban instrucciones y la señora le movía al Ipad que se conectaba a la única pantalla en la que ofrecían el partido entre Chivas y Atlas.
Ella era la encargada de que el bar contara con la señal del partido, y todo estaba saliendo mal. El dueño, sentado en una de las mesas más cercanas a la televisión, hacía muecas de disgusto. Estaba apenado por un problema que él no generaba.
De hecho, al momento de comenzar el partido parecía de maravilla la noche de futbol: ya se habían pagado los 325 pesos de la clave para acceder al evento, el Ipad estaba bien cargado, el cable para hacer puente a la pantalla se conectó de maravilla, y así cerca de 50 emocionados clientes vieron el silbatazo inicial con una linda señal en alta definición.
En el estadio caía un aguacero, los boletos se vendieron caros y el tumulto para acceder al inmueble siempre pone a prueba la paciencia, por lo que ver el partido en un bar parecía la mejor decisión.
Pero ni siquiera se había vaciado la chabela donde estaba la primera Yerbabuena de la noche cuando los presentes nos dimos cuenta que seguirle la corriente a Jorge Vergara y sus negocios no fue una buena idea.
Antes del minuto 30, en vez del partido apareció en pantalla la imagen de par de asientos rojos dentro del estadio, el logo de Chivas TV y el consecuente enojo colectivo en el Salón del Bosque porque la señal del juego se había perdido.
Para no perder detalle, al fondo del bar uno de los asistentes puso en su celular la transmisión que se difundía a través de radio por internet, y justo en ese momento cantaron un gol.
Los que estábamos en las mesas de adelante tuvimos que esperar unos segundos para saber que, al minuto 32, Ángel Zaldivar le daba la ventaja a Chivas; un coraje más.
En ese momento vino a la mente Canal 58, la estación de radio en la que por décadas se escucharon en vivo los partidos del Estadio Jalisco, sin que al menos yo tenga en la memoria alguna pérdida de señal.
Parecía que la situación tenía compostura; la imagen del partido volvió, era estable, y el Atlas consiguió un gol al minuto 41 a través de Flavio Santos con el que empataba el encuentro, anotación que todos vimos sin interrupción.
Sin embargo, un minuto después de ese momento la señal de Chivas TV se vino a pique. Como ya casi terminaba el primer tiempo, la nueva falla en la transmisión no nos generó tanto coraje, con la esperanza de que en el segundo tiempo todo iría mejor.
No puedo negar mi simpatía con Jorge Vergara cuando decidió que Chivas dejaría ser transmitido por Televisa, que controla a la selección y al futbol mexicano en general con los resultados que todos conocemos.
El hecho de debilitar el poder de esa empresa, así sea por parte del dueño del equipo enemigo, fue un movimiento que sigo aplaudiendo.
Creí entonces que los partidos de Chivas irían a través de ESPN o FOX, además de las transmisiones de internet, pero al decidir quedarse con todo el pastel, Vergara ha jugado una apuesta que le ha salido mal, aunque como es su costumbre, él y sus compinches salieron a culpar a terceros de la desgracia, que si las empresas de internet o la intromisión un supuesto hacker.
La debacle
Cuando comenzó el segundo tiempo del partido entre Chivas y Atlas, quienes esperábamos el retorno de la señal de Jorge Vergara recibimos como respuesta más problemas de la plataforma, y nos dimos cuenta que nuestra noche futbolera no llegaría a buen puerto.
Como no se veía Chivas TV, los celulares de los congregados en el Salón del Bosque buscaban todo el tiempo información del partido. Alguien gritó un gol, el de Martín Barragán al minuto 50 que ponía adelante al Atlas 2 a 1, que tampoco pudimos disfrutar.
Otra vez la señora del Ipad buscaba la forma de reestablecer la señal. Otra vez llamando al 01 800 de Chivas TV. Pero la respuesta no estaba en la persona que atendía la línea, sino en una cuestión técnica sin posibilidad de arreglo en ese momento.
El colmo llegó cuando en vez de poder ver el partido por la vía legal, un asistente al Salón del Bosque propuso que la piratería era mejor opción y así sucedió. Su teléfono se conectó a la televisión que comenzó a presentar el partido a través de Roja Directa, un portal de transmisiones pirata que habita en internet.
La señal era de una indefendible calidad, pixeleada, y provenía de la cadena Univisión, de Estados Unidos. Esa fue la única forma de ver algunos detalles del segundo tiempo del partido, y el empate de Chivas, al minuto 67, con un penal cobrado por Ángel Zaldivar.
No miento, el coraje del empate era significativamente menor que la imposibilidad de mirar tranquilamente el clásico de la ciudad. Como ya estaba desesperado pedí la cuenta y me fui de ahí a escuchar en el auto los minutos finales del partido.
La justificación de José Luis Higuera, director de Omnilife y Chivas, de que la mala transmisión fue culpa de un hacker, me recordó que México es un país donde el cinismo está más que bien posicionado.