"Nadie ha tenido la dignidad de llamarnos”: familiares de italianos desaparecidos

Por: Darwin Franco (@darwinfranco)

Francesco Russo es directo: la Fiscalía General de Jalisco no ha querido mover ni un dedo para localizar sus familiares. Mucho menos, para resolver el caso.

"En la Fiscalía General de Jalisco no quisieron mover un dedo para localizar a mis familiares ¿por qué? No lo sé pero si ellos hubiesen tenido la intención de resolver este caso desde el primer día hubieran ido a la policía municipal de Tecalitlán a detener a los cuatro policías implicados… mi pregunta es por qué los detuvieron hasta después de 20 días…”, así lo expresó Francesco, quien es hijo de Raffaele y hermano de Antonio Russo, así como amigo de Vicenzo Cimmino; todos desaparecidos desde el 31 de enero de 2018 por policías municipales de Tecalitlán, al sur de Jalisco, para luego ser entregados a la delincuencia organizada, tal y como confesaron los mismos policías tras ser detenidos por elementos de la Fiscalía General de Jalisco.

Raffaele, Antonio y Vicenzo se encontraban en el sur de Jalisco debido a sus actividades comerciales. El primero en ser desaparecido por elementos de la policía municipal de Tecalitlán fue Raffaele con quien se dejó de tener contacto alrededor de las 15 horas del 31 de enero; tras no tener información sobre su paradero, Antonio y Vicenzo fueron a buscarlo, sabían que el auto que había rentado (un Honda CRV, color blanco) se encontraba en un punto de la carretera que une a los municipios de Tecalitlán y Jilotlán de los Dolores, ya que ahí se mantenía activo el GPS colocado al vehículo por la compañía de autos donde lo había rentado.

Los tres italianos desaparecidos en Tecalitlán. Foto: Especial

Antonio y Vicenzo fueron hasta ese punto a buscar a Raffaele; sin embargo, al parar en una gasolinera fueron interceptados por policías municipales de Tecalitlán. Esta información fue posible saberla porque antes de ser detenidos enviaron un mensaje de voz a las 18:40 horas indicando lo que les estaba pasando. Después de esto no se volvió a saber nada de ellos. Cuando la familia Russo pidió acceso a las cámaras de seguridad de la gasolinera se les informó que éstas no funcionaban el día en que los policías de Tecalitlán detuvieron de manera ilegal a Antonio y Vicenzo.

Mario de Vita, primo de Antonio y Vincenzo recibió el mensaje de voz y fue quien comenzó a buscarlos en distintas áreas del gobierno municipal de Tecalitlán; primero, le dijeron que sí había un reporte sobre la detención de dos muchachos italianos; después, la información le fue negada y le dijeron que no existía registro sobre la detención de ninguna persona extranjera.

Francesco Russo fue quien puso la denuncia por desaparición en la Fiscalía General de Jalisco, en específico, en la Fiscalía Especializada en la Desaparición de personas, el 2 de febrero; sin embargo, desde ese día no ha existido ninguna comunicación por parte de la Fiscalía.

“A nosotros nunca nos han llamado… Ellos tienen todos nuestros números para llamarnos o para comunicarse con nosotros por WhatsApp pero nunca hemos recibido ni un solo mensaje ni una sola llamada… No han tenido la dignidad de llamarnos para comunicarnos cómo va la investigación… la única señal de vida que ha tenido la Fiscalía para nosotros… fue cuando todo mundo se enteró de lo que había pasado y fue ahí que comenzaron a moverse cuando eso lo pudieron haber hecho desde el primer día… si ellos hubieran hecho lo que ahora hicieron, mi familia –quizá- estaría con nosotros ahora” señaló Russo.

Familiares de los italianos desaparecidos en México. Foto: Guía Latina

Las primeras declaraciones públicas de la Fiscalía sobre la desaparición de los tres ciudadanos italianos fue que existía una alta posibilidad de que su desaparición estuviese vinculada con “las actividades a las que dedicaban” y a las presuntas denuncias “por fraude” cometidas por ellos con anterioridad.

Esta criminalización fue rápidamente zanjada por sus familiares quienes aseguran que ninguno de ellos se dedicaba a actividades ilícitas y que esta postura de la Fiscalía buscaba minimizar no sólo su desaparición sino que ésta hubiese sido cometida por policías municipales de Tecalitlán.

"Ellos tienen una presión muy fuerte porque nuestros familiares aún siguen desaparecidos… el Fiscal General ha inventado diversas excusas porque ante la fuerza de los hechos no tienen cómo defenderse…”, precisó Francesco Russo.

El fiscal general de Jalisco, Raúl Sánchez. Foto: Especial

En rueda de prensa encabezada por el Fiscal General de Jalisco, Raúl Sánchez Jiménez informó que fueron detenidos cuatro policías municipales de Tecalitlán: Emilio N, Salomón N, Fernando N, y Lidia N. Hoy a los cuatro un juez ya les dictó una medida cautelar de prisión preventiva de un año por el delito de desaparición forzada en agravio de Raffaele, Antonio y Vicenzo.

En sus primeras declaraciones, los elementos confesaron que ellos entregaron a los ciudadanos italianos a integrantes de la delincuencia organizada que operan en Tecalitlán. La Fiscalía General de Jalisco, a decir del Fiscal General, sigue indagando el por qué los policías realizaron estos actos y qué nivel de colusión tenían las autoridades municipales con el crimen organizado.

Actualmente las labores de seguridad pública de Tecalitlán están bajo el resguardo de la Fuerza Única, dependiente de la Fiscalía General; sus policías municipales han sido desarmados y están bajo vigilancia; quien fungiera como Director de Seguridad Pública Municipal en Tecalitlán, Hugo Martínez Muñiz; así como el comandante en turno el día en que fueron desaparecidos Raffaele, Antonio y Vicenzo, Hilario Farías Mejía; están prófugos y ya se investiga su presunta responsabilidad.

Rafaelle Russo, uno de los italianos desaparecidos. Foto: Especial

Para Francesco Russo y su familia acceder a la verdad es lo más importante ahora.

“Nosotros vamos a mover el mundo hasta que se sepa qué pasó con nuestra familia… vamos a pelear por la verdad porque no es justo vivir con esta duda durante toda la vida porque lo repito: vivos o muertos, los vamos a encontrar (…) nuestra esperanza es tenerlos con vida pero si no hay más esa esperanza también con muerte los queremos porque nuestra familia debe tener el derecho de llorar a sus parientes en sus propios cementerios y no en una fosa común”.