Por: Darwin Franco (@darwinfranco)
Antonio Blancas Rodríguez, de 23 años, desapareció el 17 de mayo de 2017 luego de acudir al municipio de Tala por una oferta de trabajo. El deseaba que este ingreso económico le permitiera continuar con sus estudios en el Instituto Tecnológico Superior de Zapopan.
Antonio, lamentablemente, continúa desaparecido pero lo que le ocurrió concuerda mucho con el modus operandis que se evidenció luego del descubrimiento y resguardo de dos campamentos que eran utilizados por presuntos miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación para reclutar de manera forzada a hombres y mujeres que viajaban hasta Tala con el sueño de obtener un empleo como elementos de seguridad privada, encuestadores o policías municipales. El sueño para ellos se tornó en pesadilla.
En rueda de prensa, el Fiscal General Eduardo Almaguer informó que el hallazgo de este par de campamentos ocurrió tras diversas indagatorias que elementos de la Unidad Especializada para Personas Desaparecidas realizaron luego de que entre el 6 y 13 de junio recibieran seis denuncias por desaparición que coincidían en la información sobre la última comunicación o morada de las personas desaparecidas, ya que éstas informaban a sus familiares que debían de trasladarse a Tala porque ahí se llevaría a cabo el empleo del anuncio que vieron a través de la red social, Facebook. Tras acudir a Tala, desaparecieron.
Antonio vivió una circunstancia similar; sin embargo, su desaparición no estuvo contabilizada en las informadas por el Fiscal General, ya que su denuncia por desaparición les fue recibida a sus familiares hasta el lunes 21 de mayo pues les dijeron que seguro Antonio regresaría el fin de semana posterior a su desaparición. Esto, no sucedió.
Las dos casas de seguridad y/o campamentos fueron ubicadas en la comunidad de Las Navajas a 17 minutos de la cabecera municipal de Tala. Su hallazgo fue posible porque uno de las personas privadas de su libertad logró escapar del sitio entre el 15 y 16 de julio. La pelea por su libertad y el anuncio de ésta a las autoridades permitió localizar a uno de los presuntos responsables, el cual confesó la ubicación de ambos domicilios.
El primer operativo sucedió el 18 de julio, no obstante, el primer campamento ya había sido abandonado por el grupo delictivo afortunadamente en el lugar se logró rescatar a dos víctimas, las cuales ofrecieron más detalles del horror que les tocó experimentar.
De acuerdo con sus testimonios eran alrededor de 40 personas más las que se encontraban privadas de su libertad y las cuales también habían llegado a Tala tras la promesa de trabajo. En este lugar también se localizaron armas e implementos de seguridad, pues la intención de tenerlos ahí era forzarlos a entrenar para luego ser utilizados como sicarios.
El 20 de julio se llevó a cabo el segundo operativo en el otro campamento donde tampoco se encontraron a los responsables pero sí diversas fosas clandestinas de las cuales se han exhumado restos óseos. Hasta este momento se desconoce a cuántas personas pertenecen estos restos y cuáles fueron las fechas en que estas personas fueron asesinadas e inhumadas en el sitio. Los restos ya están en resguardo del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses para su análisis e identificación.
Tras las primeras indagatorias, el fiscal General Eduardo Almaguer dio a conocer que ambos lugares eran resguardados por entre 50 y 60 personas, las cuales no sólo impedían el escape de las 40 personas privadas de su libertad sino que con torturas los obligaban a entrenarse en manejo de armas y armamento.
El fiscal informó que aún no se podría asegurar que los restos localizados pertenecieran a personas desaparecidas, aunque aseguró que sí fue posible saber que estas muertes funcionaban como una fuerte tortura psicológica que inhibía todo plan de escape o rebelión de quienes estaban ahí retenidos.
Las tres personas que lograron regresar a casa después de estar privadas de su libertad en estos campamentos, contaban con una denuncia por desaparición. El resto de las personas que no han sido localizadas —al menos 37, conforme los testimonios de las víctimas—, no contaban con denuncia por desaparición; sin embargo, el fiscal General aseguró que se está haciendo todo lo posible por localizarlos con vida a través de un operativo que por aire y tierra está peinando toda la Región Valles, pues se sabe que ahí opera la célula criminal aparentemente responsable de la privación de la libertad, tortura y muerte ocurrida en ambos campamentos. Al momento, sólo existe una persona detenida por los hechos.
Los antecedentes de los campamentos del horror en la Región Valles
El hallazgo de estos dos campamentos forma parte de un modus operandis que ha venido sucediendo en la Región Valles desde el año 2012. El 8 de mayo de ese año, 14 personas fueron rescatadas de un campamento de seguridad ubicada en la comunidad de Ahuisculco (a 12 minutos de los campamentos recientemente localizados), la liberación de estas personas, igualmente privadas de su libertad, fue posible porque una de ellas logró escapar.
Los motivos por los cuales estas personas fueron desaparecidas respondieron simplemente azar, ya que de acuerdo a las confesiones del integrante del extinto Cártel del Milenio, Juan Carlos Antonio Mercado, se seleccionaron a estas víctimas con el fin de ser asesinadas y utilizar sus cuerpos como mensajes contra cárteles contrarios o contra instancias del gobierno, como él mismo lo confesó tras ser detenido.
El destino, afortunadamente frustrado para estas personas, era el de formar parte de un mensaje debajo de los Arcos del Milenio, el 10 de mayo de ese año, tal y como sí ocurrió con los 18 cuerpos abandonados en una brecha de carretera Guadalajara-Chapala a la altura del municipio de Ixtlahuacán de los Membrillos.
En su momento, el ex procurador Tomás Coronado aseguró que estos terribles hechos tenían relación con los narco-mensajes dejados días atrás por el Cártel de Los Zetas en Nuevo Laredo, Tamaulipas, el 4 de mayo de 2012.
Dos años después, en septiembre de 2014, siete presuntos integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación fueron detenidos en Tala. Su detención sucedió luego de que familiares de los desaparecidos de este municipio realizaran una misa evidenciando el tamaño de las desapariciones en este mismo municipio. En aquella misa, realizada el 1 de septiembre, se colocaron más de 60 retratos de mujeres y hombres desaparecidos entre 2013 y 2014.
Los detenidos confesaron tanto a las autoridades jaliscienses como a la Subprocuraduría Especializada de Investigación en Delincuencia Organizada (SEIDO) de la Procuraduría General de la República, a la cual fueron entregados el 26 de septiembre de 2014, que participaron en la desaparición de decenas de personas que se negaban a participar en sus actividades.
Estas víctimas eran sacadas, en la mayoría de las ocasiones, de sus propios domicilios para luego trasladarlas a dos campamentos que tenían ubicados en los límites entre Tala y Ameca, en plena serranía. Ahí, los torturaban, asesinaban y calcinaban.
Las autoridades de Jalisco localizaron en ese mismo mes ambos campamentos, logrando la detención de dos personas más y comprobando la existencia de camas de leña en las cuales localizaron restos óseos. A la fecha se desconoce sí esto restos correspondieron o no a alguna de las personas desaparecidas en la Región Valles, la cual agrupa a los municipios de Ahualulco del Mercado, Amatitán, Ameca, San Juanito Escobedo, El Arenal, Etzatlán, Hostotipaquillo, Magdalena, San Marcos, Tala, Tequila y Teuchitlán.
En 2017, específicamente el 8 abril, se descubrió un campamento más en la comunidad de Las Navajas. En el lugar elementos de la Fuerza Única Regional localizaron restos óseos calcinados, armas de fuego y a uno de los presuntos responsables. Este lugar se hallaba a escasos 5 minutos de los dos campamentos recientemente asegurados por la Fiscalía General y donde se presume que estuvieron ahí 40 personas tras ser privadas de su libertad.
Las desapariciones en la Región Valles
De acuerdo al Registro Nacional de Personas Extraviadas y Desaparecidas de la Secretaría de Gobernación, en la Región Valles existen 145 denuncias por desaparición, las cuales se concentran en los municipios de Tala (53 desapariciones), Ameca (23) y Tequila (18).
En Tala, lugar de hallazgo de los campamentos y/o casa de seguridad de Cártel Jalisco Nueva Generación, la mayoría de las denuncias por desaparición se realizaron entre los años 2013 y 2015. A pesar de los recientes hechos, muchas de las familias con denuncia de desaparición ante la Fiscalía General de Jalisco ni siquiera han recibido información sobre los más recientes hallazgos, entre ellas la familia de Antonio Blancas Rodríguez.
La zozobra ante estos hechos es tan desgarradora que familiares del colectivo Por Amor A Ellxs se preguntaron: “¿Dónde están nuestros hijos? ¿Dónde están Comisión Nacional de Derechos Humanos o la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas? ¿Qué debemos hacer para una instancia de defensa de nuestros derechos reaccione? ¿Enviar oficios? Es derecho de las familias estar presentes en las diligencias y observar la cadena de custodia”.