Frente al acoso autoritario, solidaridad con el periodista Pedro Mellado

Editorial

El diputado local con licencia, Enrique Aubry de Castro Palomino, uno de los políticos más cuestionados en los últimos años en Jalisco, demandó al periodista Pedro Mellado Rodríguez (quien tiene más de 40 años de ejercer dicho oficio) por supuesto “daño moral”.

Aubry de Castro faltó a la primera audiencia del juicio que él mismo promovió. Después de haber dejado “plantados” al demandante, a sus abogados y a los trabajadores del Poder Judicial, envió una carta donde “justificó” su inasistencia.

Arguyó que no fue a la audiencia porque no “tiene la intención de llegar a un acuerdo con la parte demandada”, pues, para él, los “derechos al honor y a la reputación”, además del “derecho a la personalidad” (los cuales, arguye, Mellado se los vulneró), “no son materia de negociación”.

Asimismo, el político del Verde indicó que “los derechos de libertad de expresión (sic) y el derecho a la información tienen un límite”, y ese límite (no explica cuál es) Mellado lo sobrepasó.

Es absurda la demanda de Aubry de Castro. Y más absurda es viniendo de él, un político que jamás ha ganado una elección y que ha vivido del erario los últimos años sin dar resultados que beneficien a la sociedad. Uno político que, cuando acudía a la cámara de diputados, lo hacía con su séquito de fotógrafos (para el “face”) y se retiraba, sin hacer un trabajo efectivo. Un político que no ha aportado absolutamente nada al bienestar de Jalisco y de sus pobladores. Un político prepotente. Un político pendenciero. Un político que no merece ser político, y mucho menos tener cargos públicos. Un político cínico. Un político que es una vergüenza.

La demanda contra Pedro Mellado debe ser motivo de indignación. ¿Qué se piensa Aubry, que por ser él, nadie lo debe criticar? Su alegato leguleyo es una agresión a la inteligencia de quienes hacemos periodismo.

Enrique Aubry, ex diputado del Partido Verde. Foto: Especial

Enrique Aubry de Castro Palomino, en esta demanda y en buena parte de su trayectoria política, ha mostrado su carácter autoritario.

Fernando Savater escribió alguna vez: “Los medios están para marcar los límites de los gobiernos y, aunque sea lamiéndose las heridas, el gobierno está para agradecer que alguien le sirva de espejo negativo para su propia función. Así es el juego democrático, y así debe seguir siendo”. Al demandar Enrique Aubry a Pedro Mellado, lo que está haciendo el diputado con licencia del Verde es ir en contra de la democracia y de una de las esencias de ésta: la libertad de expresión.

La querella de Aubry de Castro significa no democracia, significa no libertad de expresión, significa un ataque a los medios de comunicación y a toda la comunidad de periodistas de Guadalajara, de Jalisco y de México.

Desde Reverso nos solidarizamos con Pedro Mellado, un periodista intachable, un periodista que ha sido maestro con el ejemplo (y también en el aula) de cientos de jóvenes y no tan jóvenes que han ejercido y ejercen el noble oficio de informar a la población.

Hacemos explícita nuestra solidaridad con Pedro Mellado. Ya basta de patanes en la política de Jalisco. Ya basta de ataques a la libertad de expresión. ¡Ya basta!