Por: Letra Fría*
El lunes por la noche, Juan y Pedro salieron de Autlán de Navarro hacia Guadalajara por la carretera federal 80 Guadalajara – Barra de Navidad, para comprar mercancía para los negocios de su patrón, quien se dedica a la venta de abarrotes, frutas y verduras. Van a la capital del Estado dos veces por semana. Es su rutina.
El martes terminaron las compras y regresaron a Autlán. Después de bajar las curvas de “El Chorrillo”, entre Unión de Tula y El Grullo, vieron en el crucero de El Corcovado un convoy de la Secretaría de Marina. Les indicaron que se detuvieran y salieran de la carretera. Así lo hicieron. Después, los marinos les ordenaron descender de la camioneta que venía cargada de mercancía. Juan y Pedro bajaron del vehículo.
Los marinos les hicieron una revisión, los intimidaron, los amenazaron, les apuntaron con armas largas y les robaron 16 mil pesos en efectivo que les había quedado de las compras hechas en Guadalajara.
Juan recuerda: “Nada más me dijo que me parara para que hiciera una revisión de la camioneta y me dijo que me saliera de la camioneta y ya me paré a un lado, la apagué y ya me dice, te puedes bajar por favor, para hacer una inspección y revisar. – Sí cómo no haga su trabajo- Y ya me bajé y me hice a un lado y algunos de los compañeros empezaron a revisar la camioneta, a mí y a mi otro compañero pues nos hicieron a un lado y me preguntaron que qué traía y ya les dije que traíamos verdura, venimos de Guadalajara y traemos dulce y abarrote, y me dicen -¿A dónde va? Y les dije, a Autlán, Jalisco.
Y me dice, – a ver vente para acá para revisarte-, y me hice a un lado y me revisaron y me empezaron a tentar y como traía dinero guardado y me tentaron donde traía el dinero, la persona se enojó pensando que era droga y pues me tenía amenazándome y apuntándome con un arma y diciéndome que era droga y que era droga y yo le dije que no, que no era nada de eso y me dice, – a ver bájate los pantalones-, y me bajé los pantalones y se me veía lo que traía y me dice, a ver sácalo y pues traía dinero y me dice – ¿y ese dinero qué?-, pues es de mi patrón, le dije, y es el dinero que sobró de lo que me dieron para la mercancía, para eso yo tenía mi cartera y mis cosas en el cofre y traía dinero mío también, y mis documentos entonces revisaron todo y a mi otro compañero también lo revisaron y me dijeron. -a ver abre de atrás la camioneta-, y en lo que fui a abrir la camioneta de atrás ya vieron que no traíamos nada y de un de repente nos dijeron que nos fuéramos.
Para eso no me dejaban de apuntar con el arma y que no los volteara a ver, que porque no tenía que voltearlos a ver, me aluzaron con la luz para que no los volteara a ver y pues yo la verdad estaba asustado.
De pronto me dijo -¡Ya váyanse!- y nos empezaron a maltratar así y pues yo le dije que el dinero qué, que qué había pasado y me decía que cuál dinero y yo le dije, el de la bolsa el que traía envuelto y él me decía que si yo le estaba diciendo ratero y yo le dije que no, que no estaba diciendo yo eso y le dije que simplemente el dinero no era mío y yo ocupaba que me lo regresaran y pues ellos apuntándome y amenazándome más y que si no nos íbamos, nos íbamos a meter en un problema más grande.
Apuntándome ellos con las armas, nos fuimos de ahí y ya no supe qué hacer del asunto”, narró a la reportera.
Juan y Pedro estuvieron en el retén aproximadamente 20 minutos la noche del martes de esta semana. No agredieron a los marinos y les robaron mil pesos que Juan tenía en su cartera, dinero propio, y 15 mil pesos de su patrón.
Él le recomienda a la gente, tener cuidado y evitar los retenes para no ser violentados por elementos de la Marina: “Que la gente tenga cuidado cuando se los topen en la noche, de no ofenderlos o algo porque yo creo que pueden hasta golpearlos y que cuiden su dinero por no saber”.
Los nombres de las víctimas no son Juan, ni Pedro. A petición de ellos, su identidad fue protegida.
La Marina llegó a Autlán
Elementos de la Secretaría de Marina llegaron a Autlán y municipios de la región hace semanas. Recorren las calles, montan retenes y hacen revisiones.
El que haya víctimas de violaciones de derechos humanos a manos de las fuerzas armadas mexicanas “es contrario a toda definición de nuestra razón de ser”, por ello, “jamás será tolerada tal conducta en nuestras filas”, aseveró el almirante Secretario de Marina en julio de este año, Vidal Francisco Soberón Sanz. Aseguró que la dependencia a su cargo seguirá sumando acciones que contribuyan a posicionar el respeto y la garantía de los derechos humanos “como punto central de nuestro actuar”, sin embargo desde la llegada de los marinos a Autlán y El Grullo, esta redacción ha recibido denuncias ciudadanas de abusos que han cometido los elementos de dicha Secretaría.