Por: Jorge Gómez Naredo (@jgnaredo) y César Huerta (@zorrotapatio)
26 de septiembre de 2016.- Pronto están siendo dos años… Dos años de Iguala y sus calles bañándose de miedo y sangre. De Iguala y sus policías y soldados atacando a jóvenes, violentándolos. De Iguala y los 43 estudiantes de la normal rural Isidro Burgos de Ayotzinapa sin aparecer.
Dos años de ese delito llamado desaparición forzada. Ese delito que no termina mientras la persona esté desaparecida. De ese delito que continúa, que sigue, que no concluye.
Dos años. Ha pasado mucho y, contradictoriamente, también ha pasado nada. Ha habido lágrimas, marchas, declaraciones absurdas, explicaciones indignantes, sospechas, certezas, impotencias, reportajes, artículos de opinión, cumpleaños de los desaparecidos, padres buscando a sus hijos, madres buscando a sus hijos, navidades tristes, días tristes, meses tristes, años tristes, gente buscando a gente, apoyos internacionales y nacionales, grupos que han evidenciado mentiras gigantescas, antropólogos argentinos, funcionarios públicos mexicanos que han demostrado cinismo indescriptible, informes, investigaciones, gente que se moviliza, gente que se indigna, que es creativa: movimiento.
Ha pasado tanto y a pesar de ese tanto que ha pasado, continuado la impunidad y el no tener respuestas claras a las preguntas básicas exigidas por millones de personas: ¿dónde están los chicos? ¿Dónde están nuestros estudiantes?
Es complicado, a dos años, encontrar en un solo documento la historia, paso a paso, de lo que sucedió después de la desaparición de los estudiantes normalistas en Iguala. Una historia que no solamente sea de datos, sino de análisis. Una historia con reflexión, que describa y explique cómo se ha forjado un movimiento social y cómo el Estado ha buscado desmovilizarlo, apagarlo. Ponerle silencio.
Esta labor de descripción-explicación-reflexión es lo que representa el libro que Carlos Alonso Reynoso y Jorge Alonso, documento publicado en la Universidad de Guadalajara y que hoy compartimos aquí, en Reverso, de forma gratuita.
Los autores tienen claro la importancia del movimiento surgido a raíz de la desaparición de los normalistas: “pasó de ser un movimiento de desaparecidos a uno que busca insistentemente la transformación del país. La lucha del movimiento ha sido por la verdad, la justicia, la vida y por el derecho de los de abajo a vivir dignamente”.
Vale la pena leer el libro de Carlos y Jorge Alonso. Vale la pena para que las ideas que ahí se expresen no se queden solamente en unas páginas o en libros empaquetados en bodegas. No, para que las ideas, las historias, las resistencias y las rebeldías ahí contenidas, se compartan. Se vayan pasando de ojos en ojos, de voz en voz, de indignación en indignación.
Para descargar el libro, pulsa aquí
Ayotzinapa, la incansable lucha por la verdad, la justicia y la vida