Por Guille Honrubia /UEFA
10 de julio de 2016.- La selección portuguesa se sobrepuso a la fatalidad que supuso la lesión de Cristiano Ronaldo en la primera parte para coronarse campeona del Campeonato de Europa de la UEFA por primera vez en su historia.
Necesitó sufrir hasta el final de la prórroga para imponerse a la anfitriona Francia en Saint-Denis gracias a un gol de Éder.
Tras una ceremonia de clausura espectacular, la finalísima arrancó en Saint-Denis sin novedades en las alineaciones titulares. Después del emocionante canto de los himnos nacionales, el combinado de Didier Deschamps se puso manos a la obra.
Con más intensidad y más enchufada al partido, la selección francesa fue la primera en ponerse a los mandos del partido.
Pero si algo domino los primeros compases fueron las imprecisiones. Nani probó suerte con un disparo alto tras un buen pase de Cédric y Moussa Sissoko hizo lo propio en el área opuesta antes de cumplirse el minuto 5.
Fue Antoine Griezmann el que de verdad levantó a la afición gala de sus asientos con un remate de cabeza antes del minuto 10 que desvió in extremis Rui Patrício a saque de esquina.
Con el susto aún en el cuerpo la selección lusa intentó conservar un poco más el balón, pero Francia presionaba muy bien y conseguía recuperar rápido y sin excesivos problemas. Problemas que si tenía Portugal al quedar lesionado Cristiano Ronaldo tras una fuerte entrada en el centro del campo.
El capitán luso se derrumbó entre lágrimas incapaz de correr y tras unos minutos forzando tuvo que ser sustituido por Ricardo Quaresma en el minuto 25.
Para entonces el choque se había equilibrado. Con el parón para atender al jugador del Real Madrid el ritmo se había ralentizado y solo alguna galopada explosiva de Sissoko animó el choque.
La pérdida de su máxima estrella y capitán picó a Portugal en su orgullo, que lejos de desanimarse levantó la cabeza para plantar cara a la anfitriona.
João Mário aparecía cada vez más por banda izquierda, aunque Olivier Giroud y Griezmann también se dejaban ver mientras Sissoko seguía completando una primera parte espectacular con un despliegue físico imparable para la defensa lusa.
Pero las ocasiones claras no llegaban y los primeros 45 minutos se completaron sin movimientos en el marcador. No se movieron los banquillos en el descanso y el segundo acto arrancó como el primero, con Francia proponiendo más.
El combinado de Deschamps trenzaba mejor, presionaba mejor y maniató bien a Portugal para poder centrarse en sus operaciones ofensivas. En la selección de Fernando Santos la figuraba comenzaba a ser un Pepe omnipresente al corte en el centro de la zaga.
Pero para desnivelar la balanza hacía falta más y Deschamps decidió retirar a un intranscendente Dimitri Payet para dar entrada al eléctrico Kingsley Coman.
Los minutos fueron corriendo y el choque seguía espeso, sin espacios y con pocas ideas capaces de marcar la diferencia. Un buen centro puso Coman en el minuto 66, y la ocasión de oro generada para el cabezazo de Griezmann se marchó ligeramente desviada por encima de la meta lusa. Un susto que sirvió de detonante para la entrada de un jugador creativo como João Moutinho en las filas lusas.
Pero Portugal hacía tiempo que se daba por satisfecha con el empate sin goles. Alguna llegada tímida, pero sobre todo rigor y orden defensivo para no encajar. Francia, con Coman cada vez más activo, si confiaba más en sus opciones y transmitía más peligro.
Giroud probó a Rui Patrício en otra ocasión franca a un cuarto de hora del final, pero ni los cambios en ambos ataques con las entradas de André-Pierre Gignac, que envió un balón al poste en el tiempo de descuento, y Éder evitaron la llegada de la prórroga.
En el tiempo extra el cansancio y el calor hicieron que las ocasiones se pusieran muy caras. Francia botó varios córners pero no logró ningún remate efectivo.
Raphel Guerreiro avisó con una falta al larguero en el inicio de la segunda parte pero fue Éder el que desató la locura lusa con un zapatazo raso ante el que nada pudo hacer Lloris en el minuto 109.
Jugador del Partido: Pepe
El central del Real Madrid puso la guinda a un torneo brillante a nivel personal con una actuación sobresaliente en la gran final. Poderoso en el juego aéreo, perfecto al corte y un bastión infranqueable en el corazón de la defensa lusa.
Aspecto clave
La solidez defensiva de ambos conjuntos fue la nota que dominó el partido durante sus 120 minutos. Francia siempre propuso algo más ante una Portugal tocada en lo anímico tras la lesión de su máxima estrella, pero un factor sorpresa hizo acto de presencia para decidir la final en forma de delantero.
Éder llegó a la EURO como un jugador coyuntural para el juego luso y deja el torneo como el gran héroe del país.