Por: César Octavio Huerta (@zorrotapatio)
08 de septiembre 2016.- Ante la marcha convocada el sábado para protestar en contra del matrimonio igualitario y en defensa de la "familia natural", académicos de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) hicieron un llamado a defender el Estado laico y parar a la iglesia católica para que no continúe promoviendo el odio entre los ciudadanos.
En una rueda de prensa desde un céntrico hotel de la ciudad, los académicos cuestionaron que el Gobierno de Jalisco y la Comisión Estatal de Derechos Humanos en Jalisco no tenga un posicionamiento firme y claro de defensa del Estado laico y los derechos humanos de las personas. Por este motivo, el doctor Roberto Castelán Rueda de la UdeG, instó a que los gobernantes tomen su papel y se hagan presentes en el debate.
"Los gobernantes tienen que salir en defensa del Estado laico. Es un momento de parar a la iglesia católica mexicana, decirle que no es su función, no se inventó para promover el odio entre los ciudadanos y el Estado mexicano tiene mecanismos para que sus ciudadanos debatan las mejores formas de convivencia en que quieran vincularse socialmente entre ellos. No necesitamos de organizaciones jerárquicas, totalitarias y universalistas".
Para el especialista en temas de religión, la laicidad no es un adjetivo sino un sustantivo propio del Estado y debe defenderse porque permite que en el país exista la pluralidad religiosa, de ideologías y de pensamiento. Especialmente, su defensa debe realizarse "cuando hay democracias débiles como la nuestra hay un abuso de organizaciones autoritarias y jerárquicas como la iglesia que pueden usar los propios mecanismos que da la democracia para subir y controlarla".
Castelán Rueda consideró que la campaña emprendida contra el matrimonio igualitario se gestó al interior de la iglesia católica, una muestra de ello es el papel que ha tomado el cardenal de Guadalajara, Francisco Robles Ortega.
"El cardenal de Guadalajara dice que ellos no convocan sino que apoyan los derechos de estas personas. Sin embargo, esta marcha es organizada desde el interior de la iglesia con sus propios intereses eclesiásticos. Están aprovechándose de la ignorancia, de la buena fe, el respeto y el miedo de quienes creen en esa religión. Las religiones no fueron inventadas para eso".
Sobre la campaña emprendida por el Frente Nacional por la Familia, Guadalupe Ramos Ponce del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer, señaló que se han dicho muchas mentiras sobre lo que propone la ley del presidente Enrique Peña Nieto, pero lo único cierto es que garantiza el derecho de las personas del mismo sexo para contraer matrimonio en igualdad de condiciones que las personas heterosexuales y tener igualdad para adoptar.
En contrapartida, Ramos Ponce criticó la iniciativa "por la vida y la familia" presentada hace unos días ante el Congreso de la Unión por la diputada del partido Encuentro Social, Norma Edith Martínez Guzmán, a la que calificó en franco retroceso con los derechos humanos al proponer que "la obligación del Estado y de toda sociedad es proteger la vida desde el momento de la fecundación hasta el fin natural del ciclo biológico", además de "garantizar los derechos de los niños", en especial "su derecho a pertenecer a una familia fundada entre el amor de una madre y un padre biológicos o adoptivos".
"Es una iniciativa que retrocede en derechos humanos, lo que más apena es que fue firmada por todos los partidos, siete diputados de Encuentro Social, veinticinco del PAN, uno de Morena, uno del PRD, nueve del PRI y tres del Partido Verde".
No se vale convertir los pecados en delitos
El académico del ITESO, Alberto Bayardo, indicó que en el Estado laico los pecados no se pueden convertir en delitos, tal y como lo plantean los grupos integrados en el Frente Nacional por la Familia que se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo.
"Estamos viendo en este momento un intento que viene ya de muchos años de parte de unas iglesias, de algunas religiones, de obligar a toda la ciudadanía a comportarse como si creyeran en aquello que la propia iglesia que considera es lo correcto o lo incorrecto y por eso se está pretendiendo convertir los pecados en delitos".
El maestro especialista en derechos humanos dejó en claro que el Estado laico no puede asumir criterios religiosos para tratar de regular las conductas de las personas y por el contrario debe estar basado en los criterios científicos y las normas que se han ido construyendo socialmente, sin aplastar los derechos humanos de las minorías.
"En un Estado democrático, los derechos de una minoría no pueden ser sometidos a consulta y decisión de las mayorías. Es de extrañar que las iglesias cristianas que están impulsando esto se hayan olvidado que cuando fueron una minoría religiosa en el imperio romano fueron perseguidos, se condenó el hecho de ser cristianos pero en el momento de convertirse en la religión mayoritaria, inviertieron los papeles y persiguieron a las creencias minoritarias".