Publica el Diario Oficial la prohibición de cultivar maíz transgénico en México

18 de marzo de 2025.-El Diario Oficial de la Federación (DOF) publicó este lunes un decreto que reforma los artículos 4° y 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, declarando al maíz como un elemento de identidad nacional y estableciendo la prohibición de su cultivo con modificaciones genéticas, como las provenientes de técnicas transgénicas, en todo el territorio nacional.

Las reformas, impulsadas por una iniciativa de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, entraron en vigor este martes 18 de marzo.

El decreto subraya que México, como centro de origen y diversidad del maíz, debe priorizar la conservación de las 59 razas de maíces nativos y sus parientes silvestres, así como garantizar la soberanía alimentaria y el patrimonio biocultural del país.

Se establece que el Estado tiene la obligación de promover cultivos tradicionales con semillas nativas, especialmente mediante el sistema milpa, y de fomentar la investigación científica, la innovación y los conocimientos tradicionales para fortalecer la agrobiodiversidad.

Esta medida refuerza la postura del Gobierno de México frente a la controversia internacional sobre el maíz transgénico, tras el fallo negativo del panel en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), emitido a finales de 2024.

En un comunicado del 8 de enero de 2025, el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Julio Berdegué Sacristán, destacó la importancia cultural del maíz criollo:

“El maíz blanco criollo tiene un profundo valor cultural y forma parte de nuestra identidad nacional”. En ese contexto, afirmó que el país no cultivará maíz transgénico de ningún tipo –blanco, amarillo, azul, rojo o negro– ni para consumo humano ni para forraje, priorizando la protección de la biodiversidad genética, que calificó como una “reserva del planeta”.

Berdegué Sacristán también aseguró que, pese a las sequías derivadas del cambio climático, México cuenta con suficiente abasto de maíz blanco no transgénico gracias a las lluvias en regiones como Jalisco y Michoacán.

“Los productores nos tienen informados de que tenemos mucho maíz”, señaló, destacando que los pequeños productores, con superficies de 1 a 5 hectáreas, comercializan hasta el 81.8% de su producción, según el Censo Agropecuario 2022 del Inegi. “En este país no vamos a sembrar maíz transgénico nunca”, enfatizó.

La iniciativa constitucional, aprobada por el Pleno de la Cámara de Diputados el pasado 25 de febrero, también señala que cualquier uso de maíz genéticamente modificado deberá ser evaluado bajo estrictas disposiciones legales para evitar riesgos a la bioseguridad, la salud y la diversidad cultural de los pueblos indígenas y afromexicanos, quienes consideran al maíz la base de su existencia.

El Congreso de la Unión tiene un plazo de 180 días, contados a partir de este martes, para armonizar el marco jurídico y adecuar las leyes secundarias al contenido del decreto.

El documento, firmado por la presidenta Sheinbaum y la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, deroga toda disposición contraria a estas reformas y busca posicionar a México como un referente en la protección de su biodiversidad y seguridad alimentaria a nivel mundial.

Perspectiva científica

El debate sobre el maíz transgénico en México no es nuevo. En un artículo publicado en 2004 en la revista Agricultura, Sociedad y Desarrollo, el genetista Takeo Angel Kato-Yamakake, del Colegio de Postgraduados, advirtió sobre los riesgos de la contaminación genética del maíz nativo por variedades transgénicas.

Según Kato, la introducción de transgenes podría generar aberraciones cromosómicas, como duplicaciones y translocaciones, que causarían semiesterilidad, malformaciones y una reproducción defectuosa en el maíz nativo.

Esto se debe a que los transgenes, al insertarse en los cromosomas, a menudo se presentan como duplicaciones en serie, lo que podría alterar el equilibrio genético de las plantas.

Kato argumenta que, dado que México es el centro de diversidad genética del maíz, con miles de variedades y más de 30 razas que se intercambian constantemente entre comunidades, el flujo génico del maíz transgénico al nativo sería más significativo que hacia el teocintle, su ancestro silvestre.

A largo plazo, esta contaminación podría acumularse, erosionando la diversidad genética y afectando la viabilidad de las cosechas. “Es preocupante no conocer con certeza si el maíz nativo puede ser dañado al contaminarse con transgenes”, señala en su artículo, concluyendo que el cultivo de maíz transgénico no debería permitirse en México hasta que estudios experimentales descarten estos riesgos.

El científico destaca que, a diferencia de problemas como la contaminación atmosférica, la contaminación genética del maíz nativo sería irreversible: “Sería un camino sin retorno”.

Esta perspectiva científica respalda la decisión del gobierno mexicano de prohibir el cultivo de maíz transgénico, alineándose con la necesidad de proteger un recurso genético único en el mundo, esencial tanto para la cultura como para la seguridad alimentaria del país.

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