De Reversa
De veras como los políticos nos quieren ver la cara y viven una realidad en un mundo paralelo. A propósito de la seguridad o inseguridad pública que tiene a los tapatíos en alerta constante, esta semana el fiscal general Eduardo Almaguer y los comisarios de seguridad pública de la Zona Metropolitana de Guadalajara declararon en rueda de prensa que los índices de delitos bajaron un 5 por ciento.
En esta redacción nos preguntamos por qué si los delitos han disminuido, los altos mandos de seguridad siguen rodeados de numerosos escoltas que los acompañan hasta para ir al baño.
Y esto viene a cuento porque en varias ocasiones se ha visto al jefe de la Unidad de Información para la Prevención del Delito de Guadalajara, Filiberto Ortiz Amador "El Pinto", desayunando en una fonda que se encuentra en la calle de Bélgica esquina con Avenida La Paz, en donde venden gordas, quesadillas y menudo.
Para que el jefe policiaco pueda desayunar en santa paz sus alimentos, necesita que lo acompañe una caravana de elementos; a unos los sitúa en la esquina de Bélgica y José Guadalupe Montenegro, y a otros en la esquina citada donde se localiza la fonda, con la finalidad de tener toda la calle en guardia.
Cartuchos quemadísimos
La semana pasada se dieron a conocer los nombres de los aspirantes que se apuntaron para integrar el Comité de Participación Social del Sistema Estatal Anticorrupción (SEA), quienes elegirán los nombres del titular de la Fiscalía Estatal Anticorrupción, la Auditoría Superior del Estado, el Fiscal General, y tres nuevos magistrados del Tribunal de Justicia Administrativa.
Primero se registraron 74 personas con distinto perfil profesional, y después de una depuración quedaron 24 finalistas.
En esa primera lista resaltó el interés que tenía el actual director de Canal 44 de la Universidad de Guadalajara, Gabriel Torres Espinoza, de convertirse en un “notable” (como se ha denominado a los personajes que integrarán ese organismo).
En el proceso la UdeG permitió que lo cepillaran, debido a que otros aspirantes representen los intereses de la casa de estudios, como es el caso de Marco Antonio Cortés Guardado y de Annel Alejandra Vázquez Anderson.
Lo cierto es que Gabriel Torres tiene un estómago muy grande porque no tiene llenadera. Trae diario mucha hambre de estar en los reflectores de la vida pública siendo el comodín de la UdeG para lo que se ofrezca, o más bien para lo que se le ofrezca al "licenciado", Raúl Padilla López, el verdadero dueño de la casa de estudios.
Torres Espinoza ha convertido a Canal 44 y su emisora de radio en una extensión más de la comunicación social de la Universidad de Guadalajara. Por supuesto que el camino de la independencia mostrada por la BBC no lo iba a tomar Gabriel Torres.
En De Reversa nos preguntamos: Si desde su posición como director de un medio de comunicación pública ha demostrado que no puede ser imparcial, ¿qué intereses habría defendido en el Comité de Participación Social del Sistema Estatal Anticorrupción?
Un tiro
“Vete de aquí, cabrón, no estés fregando”… “No vengas a alterar el orden, si quieres golpearme ven a golpearme, ¿cuál es el problema?”.
Pensaría usted que este reto lo hizo un pandillero a otro pandillero que se ha metido a su barrio sin su consentimiento. ¡Pero no! Fue el alcalde de Guadalajara, Enrique Alfaro Ramírez, quien quería batirse en duelo a golpes con una persona de la tercera edad, que trataba de acercarse a él para hacerle un reclamo.
Eso ocurrió el sábado 14 de este mes, durante el acto protocolario de la Unidad Deportiva José María Morelos. Según Alfaro, el hombre fue enviado por las huestes del PRI para provocarlo, aunque en De Reversa creemos seriamente que al señor alcalde le urge una sesión de terapia zen.
Si en estos momentos se permite maltratar a los ciudadanos que no coinciden con sus ideas y actos de gobierno, imagínese qué pasará si llega a convertirse en el gobernador de Jalisco.
Fueron varios los que reprobaron la acción del alcalde, pero extraña que la regidora titular de la Comisión Edilicia de Derechos Humanos, Guadalupe Morfín Otero, haya guardado silencio. Ni en su cuenta de Twitter hizo mención del bochornoso escándalo.
Comiendo con el enemigo
Y ya que el alcalde de Guadalajara perjura que los enviados del PRI quieren enlodar su imagen para evitar que llegue a Casa Jalisco, en ésta redacción nos preguntamos, ¿para qué se reune entonces con algunos cuadros de dicho partido?
La semana pasada varios medios de comunicación dieron nota de su encuentro con el ala más priísta de la Universidad de Guadalajara en el restaurante Recco, entre ellos el ex rector de esa casa de estudios, Trinidad Padilla López, el ex diputado Leobardo Alcalá Padilla, y el rector del CUTonalá, Ricardo Villanueva, quien fue su contrincante en la elección para el gobierno de Guadalajara.
Los aludidos negaron que hubiera una reunión pactada, sino que más bien coincidieron en la hora y el sitio, y que una vez dentro se sentaron en mesas separadas.
Pero ya nada nos extraña. Acuérdese usted de como el mismo personaje se reunió con el cacique priísta de Tlaquepaque, el Güero Barba, en una reunión de la CROC, justificando que son muy buenos amigos.
Qué lejos quedaron aquellos tiempos en los que Alfaro aseguraba que con el PRI ni a la esquina.