Jalisco en llamas

Por: Darwin Franco (@darwinfranco)

El atentado contra el Secretario del Trabajo y ex Fiscal General, Luis Carlos Nájera Gutiérrez, es tan sólo la punta del iceberg de una violencia que ha crecido a borbotones en Jalisco. Homicidios, secuestros, desapariciones, localización de cuerpos en las calles y constantes enfrentamientos entre grupos de la delincuencia organizado ha dejado un saldo terrible que arroja: 567 homicidios dolosos (352 con arma de fuego); 14 feminicidios (5 con arma de fuego); 863 delitos vinculados al narcomenudeo y 490 desapariciones, esto conforme a los datos que la propia Fiscalía General de Jalisco aportó al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública de los cuatro primeros meses del año (enero-abril).

En mayo, las cosas no han cambiado en lo más mínimo, pues conforme al Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses se han practicado 93 autopsias a personas que murieron a causa de un arma de fuego. Armas, la mayoría, de grueso calibre como las que se emplearon para atentar con la vida de Nájera Gutiérrez en una de los puntos más transitados de Guadalajara: Avenida Chapultepec.

El estruendo y la sonoridad de las balas que se dejaron sentir con fuerza sobre esta avenida en su cruce con la calle Morelos, y la reacción violenta que incluyó persecuciones, tiroteos y la quema de automotores en diversos puntos de la ciudad, confirma -nuevamente- la vulnerabilidad de las instancias que procuran la seguridad pública en el Estado y la poca capacidad que tienen para responder con inteligencia ante una agresión como la que, el 21 de mayo, provocó diversas lesiones a 16 personas, siete tras la balacera sucedida en Chapultepec y nueve por el incendio de un camión del transporte público, quema que -lamentablemente- ocasionó la muerte de Tadeo, un bebé de ocho meses quien tenía quemaduras de segundo y tercer grado en todo su cuerpo.

Lugar del atentado contra Nájera Gutiérrez. Foto: René Hernández/Twitter

¿Cómo deben actuar las autoridades en un hecho como éste? ¿Qué indican los protocolos de seguridad que se debe hacer para detener a quienes con flagrancia detonan sus armas de grueso calibre en una zona donde existe tránsito constante de civiles? ¿Cuáles son las acciones que se deben de realizar para perseguir a los delincuentes sin que esto implique un riesgo para la población? ¿Es posible prever las reacciones intempestivas de los grupos criminales ante la detención de algunos de sus integrantes? ¿Cómo echar mano de las experiencias previas de narco-bloqueos que, terriblemente, ha experimentado el estado desde 2011?

Son preguntas sobre las cuales no existieron respuestas en la comparecencia pública que el Gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval; el Secretario de Gobierno, Roberto López Lara; y el propio, Luis Carlos Nájera Gutiérrez, tuvieron tras la oleada de violencia que prosiguió al atentado del Secretario del Trabajo. En dicha comparecencia se precisó que no existían amenazas previas contra el funcionario que recién había llegado a la Secretaría, el 13 de febrero de 2018.

En dicha rueda de prensa, Luis Carlos Nájera Gutiérrez explicó cómo sucedió el atentado en su contra cuando éste se encontraba comiendo en un restaurante de Chapultepec alrededor de las cinco de la tarde. Narró que se percató de la presencia sospechosa de dos sujetos que entraron y salieron del lugar; tras ver esto pidió a su escolta que colocara la camioneta blindada frente al restaurante. Después de 45 minutos, éste salió del lugar y fue ahí que comenzó el atentado.

Roberto López Lara, Aristóteles Sandoval y Luis Carlos Nájera. Foto: Especial

"Me resguardo atrás de la camioneta. Veo que vienen hacia mi camioneta otros ocho sujetos corriendo por la calle con armas de grueso calibre, granadas, equipo táctico. En ese momento me subo a la camioneta y veo cómo empiezan a caer uno a uno mis escoltas", narró Luis Carlos Nájera Gutiérrez, quien a consecuencia del atentado sufrió una lesión en su mano izquierda producto de las esquirlas de un fusil de alto calibre que pegaron en el suelo y rebotaron contra éste.

La fortuna, aseguró, le permitió huir porque de casualidad pasó una patrulla de la Policía Estatal que cubrió la camioneta del funcionario para que pudiera escapar por la calle de Juan Manuel con dirección al centro de Guadalajara. La camioneta, producto de las balas recibidas, dejó de funcionar y el ex Fiscal General descendió para refugiarse en una tienda de abarrotes y posteriormente tomar un taxi que lo llevó hasta Palacio de Gobierno.

Mientras tanto, la ciudad se llenó de operativos, búsqueda de sospechosos a través de helicópteros oficiales y dos bloqueos generados por el grupo delictivo responsable del atentado; la acción de las autoridades llevó a la detención de seis personas. Una de ellas, sin embargo, perdió la vida producto de un infarto. Las líneas de investigación para identificar el móvil del atentado se mantienen en sigilo, aunque en palabras del propio Nájera Gutiérrez es posible que atentaran contra su vida para "calentar la plaza" ante la reciente disputa del estado entre diversos cárteles del narcotráfico.

Luis Carlos Najera Gutierrez. Foto: Especial

Nájera Gutiérrez, un hombre clave para la seguridad pública de Jalisco

En 2006, Luis Carlos Nájera Gutiérrez fue nombrado Secretario de Seguridad Pública (SSP); su "gran trabajo" le permitió ser el único funcionario en pasar de la administración de Emilio González Márquez (PAN) a la de Aristóteles Sandoval Díaz (PRI), quien transformó la SSP en una Fiscalía General y le dio todo el control de la seguridad pública de Jalisco.

En sus nueve años al frente de la seguridad del estado, la labor de Luis Carlos Nájera Gutiérrez fue cuestionada por las autoridades federales porque en este mismo periodo de tiempo crecieron los homicidios, las desapariciones, las extorsiones y el hallazgo de fosas clandestinas. También en este periodo, el Cártel Jalisco Nueva Generación pasó de ser una célula delictiva local a uno de los principales cárteles nacionales e internacionales.

Nájera Gutiérrez pidió ser separado de sus funciones, el 6 de julio de 2015; tras las presiones federales que se suscitaron tras la incapacidad de la Fiscalía para actuar ante la reacción intempestiva que generó el CJNG, el 1 de mayo de 2015; fecha en que ocasionó 39 narcobloqueos y agresiones en 25 municipios del estado y tres estados del país, esto como una reacción al enfrentamiento que el CJNG tuvo con integrantes de fuerzas federales en Villa Purificación.

El objetivo de esa acción militar denominada Operación Jalisco era detener a Nemesio Oseguera Cervantes "El Mencho"; en esta operación participan integrantes de la Secretaría de Defensa Nacional, la Procuraduría General de la República, la Policía Federal y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional. Este enfrentamiento mostró el poderío real del CJNG, pues en un hecho inaudito, los narcotraficantes derribaron con un lanzacohetes el helicóptero Eurocapter Cougar EC 725 SP, matrícula 1009, donde viajaban un grupo de soldados de élite. "El Mencho", líder del CJNG, no fue ni ha sido capturado.

Asesinato del secretario de turismo de Jalisco, Jesús Gallegos. Foto: Rafael Del Río/Proceso
FOTO RAFAEL DEL RIO

Agresiones contra funcionarios públicos en Jalisco

El atentado del que fue víctima Luis Carlos Nájera Gutiérrez, tras su regreso al poder ejecutivo, coloca a Jalisco como uno de los estados donde más han sido afectados por la violencia los funcionarios públicos, ya que del 1 de marzo de 2013 a la fecha han sido asesinados en el estado 172 funcionarios públicos (137 con arma de fuego).

Nájera Gutiérrez sería el segundo funcionario de alto nivel en ser agredido, pues a una semana de que el gobernador, Aristóteles Sandoval, asumiera el poder, su Secretario de Turismo, José de Jesús Gallegos Álvarez, fue asesinado a plena luz del día por un comando armado, el 9 de marzo de 2013.

Jalisco parece estar en llamas, pues vale recordar que, del 1 de enero al 30 de abril de este año, en el estado se han cometido: 567 homicidios dolosos (352 con arma de fuego); 14 feminicidios (5 con arma de fuego); 863 delitos vinculados al narcomenudeo y 490 desapariciones, esto a pesar de que el estado opera el llamado Escudo Titán, un esquema de seguridad en el que participan la Policía Federal, la Agencia de Investigación Criminal de la Procuraduría General de la República y las instancias locales de seguridad pública; acción que se reforzó en todo el estado tras la desaparición de los tres estudiantes del CAAV.

Pese a ello, nadie fue capaz de detener el atentado que paralizó una de las avenidas con más vida y tránsito en la ciudad de Guadalajara: Avenida Chapultepec.

Para profundizar más sobre la violencia en Jalisco pueden leer los siguientes trabajos:

"Jalisco 1/M" publicado en ZonaDocs

"Jalisco a 10 años de la guerra contra el narco" publicado en Reverso