Por: César Octavio Huerta (@zorrotapatio)
Foto: Arturo Campos Cedillo/Agencia RACC
11 de febrero 2017.- Su nombre es Filiberto Ortiz Amador, alias "El Pinto” con un historial policiaco digno de producir terror: mandó a encarcelar y torturar a más de un centenar de jóvenes que participaron en las manifestaciones del 28 de mayo de 2004, y permitió el asesinato de un joven a manos de sus policías cuando fue jefe de la policías en Ocotlán.
Es uno de los mandos detrás de los operativos de la Comisaría de Guadalajara en el Estadio Jalisco para el Clásico Tapatío, que iniciaron durante la semana con elementos vestidos de civil en acciones de intimidación directa.
En la Policía de Guadalajara saben que "El Pinto" no es uno de los elementos a presumir ante organismos de Derechos Humanos. En una rueda de prensa, Juan Bosco Pacheco, director operativo de la corporación, trató de evadir la inclusión de Filiberto Ortiz en las acciones del clásico tapatío, pero terminó por justificar su presencia.
Según Bosco, las acusaciones contra El Pinto serían en respuesta a que en calles cercanas al Estadio Jalisco, entre el lunes y el miércoles, se encontraron en árboles algunos palos, piedras, navajas y pequeñas dosis de mariguana.
La deducción de la Comisaría es que de cara al clásico tapatío entre Atlas y Chivas, todo eso entonces iba a ser utilizado por las barras para agredirse.
-¿El comandante Filiberto Ortiz estuvo asignado a este operativo?
"El comandante Filiberto Ortiz, al igual que cualquier elemento de la Comisaría de Guadalajara, tiene como funciones preservar el orden y paz públicos..."
"Hicimos las marchas exploratorias (en los alrededores del Estadio Jalisco) donde se encontró todo lo que observamos, probablemente a raíz de eso hayan salido ciertos resentimientos de algunas pocas gentes que son las menos seguro estoy, que buscaban que no se localizara este tipo de artefactos y poder utilizarlos para agredir. Puede ser que haya herido susceptibilidades con esto y motive esta situación.
-Entonces ¿Él participó en las marchas exploratorias?
"Así es, así es...”.
Elementos de la Barra 51, difundieron en redes sociales que Filiberto Ortiz realizó visitas amenazantes a las casas de algunos de ellos. Advierten que "El Pinto” es "capaz de cualquier cosa”, por lo que piden a los barristas no caer en provocaciones de la policía este sábado que se realiza el partido.
Juan Bosco Pacheco, director operativo de la corporación policiaca, negó que la Policía de Guadalajara esté utilizando la amenaza como táctica persuasiva.
"En ningún momento se les ha hostigado, no tenemos ninguna necesidad de acudir a sus domicilios, toda vez que somos una institución pública a la cual compete la seguridad en las calles del municipio y no tenemos por qué ir a realizar entrevistas personales con estas personas”.
Represión a jóvenes, la distinción de El Pinto
En 2004, durante el gobierno del ex gobernador panista Francisco Ramírez Acuña, Filiberto Ortiz Amador, fungía como subsecretario de Seguridad Pública del Estado. El 28 de mayo se dio una manifestación cuestionando la Cumbre de jefes de Estado de Europa y América Latina que se realizaba en Guadalajara.
Al final de la marcha se dio un enfrentamiento entre encapuchados y elementos policiacos. El Pinto ordenó realizar detenciones arbitrarias a cientos de jóvenes que nada tenían que ver con la marcha. En su presencia, muchos detenidos fueron torturados con golpes en la cabeza, bolsas de plástico para asfixiarlos y descargas eléctricas en los testículos.
Su participación en esos hechos, lo hizo merecedor en 2004 de una mención en el informe especial presentado por el entonces presidente de la CNDH, José Luis Soberanes, quien pidió al ex gobernador Ramírez Acuña realizar una investigación.
No obstante, Ramírez Acuña rechazó el informe del organismo y declaró que nadie lo obligaba a dar respuesta. En lugar de sancionar a los policías señalados de realizar detenciones arbitrarias, incomunicar, torturar y someter a los detenidos a tratos crueles e inhumanos, los premió (entre ellos a Filiberto Ortiz) con un acto celebrado en su honor.
Terror en Ocotlán
En 2007, como jefe de la Policía de Ocotlán, Filiberto Ortiz Amador fue denunciado 59 veces ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ) por agresiones, lesiones, amenazas, revisiones de rutina, retenciones ilegales y abusos de autoridad.
De esas denuncias, el organismo obtuvo evidencias en 22 ocasiones y documentó que en la mayoría de los casos, las viviendas de los agraviados fueron allanadas y cateadas sin fundamentos legales “por elementos armados vestidos de civil que se trasladaban en un vehículo sin logotipos oficiales”.
En 11 de las quejas, la CEDHJ comprobó que se detuvo ilegalmente a menores de edad y en dos de ellas encontró evidencias de que al hacerlos pasar por una “revisión de rutina”, los desnudaron para verificar si poseían alguna droga al mismo tiempo en que les gritaban palabras altisonantes y los acusaban de ser delincuentes.
“Iba con unos amigos de otra colonia y nos dirigíamos a jugar futbol, caminábamos por la calle del campesino en el fuerte II y en ese momento pasó una patrulla de la que no me acuerdo del número y la tripulaban 2 elementos, entre mis amigos iba [agraviado 2] y a los dos nos dijeron que me debía bajar los pantalones y que le dijéramos en donde traíamos marihuana; los dos nos bajamos los pantalones y uno de ellos nos esculcó y nos movió los calzones para ver si no traíamos droga, una vez que vieron que no traíamos nada, nos dijeron 'súbanse el pantalón y váyanse'”.
Pese a estar vendado de los ojos, un niño de 11 años, observó como en una de esas detenciones, un hombre con manchas en la cara (identificado como Ortiz Amador) ordenó a los policías meter agujas entre los dedos y las uñas de los menores detenidos.
Debido a estas acciones intimidatorias, los niños de algunas colonias prefirieron ya no salir de sus casas por el temor a ser molestados por los policías, según relatos documentados por el organismo.
Por ese motivo, la CEDHJ señaló que había elementos para determinar que hubo una violación sistemática a los derechos humanos de las niñas y los niños por parte de los policías.
Sin embargo, en lugar de sancionar a los uniformados, Ortiz Amador aceptó y justificó su actuación ante el organismo con el argumento de que “las revisiones obedecían a casos muy particulares”.
“No pasa inadvertido el hecho de que el director fuera omiso al requerir su informe de ley a los elementos que participaron en los hechos expuestos por [agraviado 4], ya que, según su discernimiento, en el caso donde éstos intervinieron no quedó detenido el agraviado, situación que a él no le correspondía determinar, ya que resolver sobre la existencia o no de violaciones de los derechos humanos es una tarea que corresponde a esta Comisión, que le solicitó su auxilio y colaboración” expuso la CEDHJ en la recomendación 5/2008.
Las violaciones a los derechos humanos continuaron siendo el pan de todos los días en Ocotlán hasta que en enero de 2009, Filiberto Ortiz Amador tuvo que renunciar a su cargo después de una multitudinaria manifestación que exigió su remoción por el asesinato (cometido por uno de sus policías) de Fernando López Alejandre, El Nako, un joven de 22 años que pertenecía a una banda de rock pesado de nombre Arcadia Libre.
El crimen ocurrió la madrugada del 1 de enero de ese año. Fernando López Alejandre y David Briseño Ceja transitaban en un vehículo por la carretera Ocotlán-Tototlán cuando supuestamente policías a bordo de una patrulla les marcaron el alto. Al hacer caso omiso pues nunca se percataron de la señal, los uniformados a bordo de dos patrullas con las torretas encendidas iniciaron una persecución y les dispararon con un rifle AR-15.
Una de las balas lesionó a López Alejandre, lo que lo hizo perder el control del volante y provocó que el vehículo en el que viajaban cayera a un barranco. Los policías acudieron al lugar del accidente pero no los auxiliaron.
Tras su salida como jefe de la policía en Ocotlán, Ortiz Amador no fue castigado por sus constantes violaciones a los derechos humanos. En lugar de eso, obtuvo como premio el mando de la policía rural dentro del gobierno panista de Emilio González Márquez. En 2013, se fue de escolta del ex procurador de Jalisco, Tomás Coronado Olmos.
Con Alfaro, El Pinto se regeneró
En campaña, como candidato de Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro prometió que de llegar a la Presidencia Municipal de Guadalajara, habría autoridad sin autoritarismo y “un respeto absoluto a los derechos humanos, la dignidad y la integridad de las personas”.
Por ese motivo, invitó a la ex titular de la CEDHJ, Guadalupe Morfín Otero, a formar parte de su planilla de regidores.
Sin embargo, desde el primer día en que Enrique Alfaro tomó protesta como alcalde de Guadalajara, Filiberto Ortiz Amador se incorporó a las filas de la Policía de Guadalajara, pese a ser el policía con el historial más oscuro en derechos humanos de Jalisco.
Primero, el comisario Salvador Caro Cabrera le otorgó la jefatura de la Unidad de Información para la Prevención del Delito. Desde ese flamante cargo, Ortiz Amador se regeneró y según la nota del canal 44 de la Universidad de Guadalajara, una de sus acciones fue reforzar la seguridad de las preparatorias para “darle tranquilidad a los estudiantes”.
De ese puesto, saltó a la jefatura del área de investigaciones de la Comisaría de Guadalajara, donde cobra hasta la fecha un salario de 46 mil pesos mensuales, según la página de transparencia del Gobierno tapatío.
Ante los señalamientos por la violación constante a los derechos humanos de parte de Filiberto Ortiz, el comisario Salvador Caro, salió en su defensa en noviembre de 2015 y aseguró que ninguna de las acusaciones en contra del ahora policía investigador fue comprobada. Según él, El Pinto cuenta con un "historial limpio".
“Todas la investigaciones corroboraron que era un hombre incorruptible y que realizó algunos de los decomisos de drogas más importantes en la historia del estado de Jalisco, es una de sus credenciales”, fue lo que dijo Caro de acuerdo con el diario Mural.
Reverso buscó a la regidora Guadalupe Morfín Otero, especialista en derechos humanos, para que diera su punto de vista sobre el hecho de que Filiberto Ortiz Amador trabaje en la Comisaría de Guadalajara realizando cuestiones operativas. Sin embargo, hasta ahora, el silencio ha sido la única respuesta.